Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Chile, si el Congreso ya es un espacio poco representativo para las mujeres, ya que solo un 15,8% del Senado y de la Cámara de Diputados está compuesto por mujeres, las alcaldías lo son aún más, debido a que de un total de alcaldesas electas en 1992, las mujeres representaban un 7,2 por ciento, pasando a un 12,5% en 2012. Esto en un período de 20 años, considerando las 6 elecciones municipales: 1992, 1996, 2000, 2004, 2008 y 2012,
Por otra parte, los concejos municipales, en cambio, son el órgano electo que cuenta con un mayor porcentaje de mujeres en Chile. Mientras en 1992 alcanzaban el 11,8 %,  en la última elección del año 2012 llegaron a un 25,2%. No obstante, no existe una representación equilibrada de hombres y mujeres, por lo cual el estudio da cuenta de la persistencia de la desigualdad en el acceso al poder y la toma de decisiones que afecta a las mujeres en nuestro país.

¿Por qué hay más mujeres concejalas y menos mujeres alcaldesas? 

Según el PNUD, parte de la respuesta a esta pregunta se encuentra en los sistemas electorales utilizados en cada caso. A nivel municipal se cuenta con un sistema mayoritario para la elección de alcaldes, y para los concejales, se utiliza un sistema proporcional con una magnitud que varía entre 6 y 10 escaños dependiendo del distrito.
A juicio del Programa de las Naciones Unidas, la evidencia internacional muestra que los sistemas de representación proporcional son más amigables con las mujeres que los mayoritarios. Esto se relaciona con la ‘magnitud del distrito’, es decir, el número de escaños disponibles en cada distrito, que es mayor en un sistema proporcional. La magnitud del distrito determina a su vez la estrategia del partido para seleccionar a los candidatos que competirán por esos escaños. Cuando el distrito es uninominal, es decir, cuando se compite por un solo escaño, como sucede con las alcaldías, el partido o conglomerado político, por definición, solo puede ganar un escaño, por lo que no tiene margen para equilibrar la representación de distintos grupos de la población en su lista de candidatos.
Sin embargo, señaló el Informe, la existencia de uno u otro sistema electoral no explica completamente la baja presencia de mujeres en el ámbito local, sino que también inciden otros factores relacionados. Lo que muestran las cifras es que pocas mujeres llegan a ocupar estos cargos porque pocas mujeres son candidatas. Desde las primeras elecciones municipales desde el retorno de la democracia hasta el año 2000, se votó únicamente por los miembros del concejo municipal, resultando electo alcalde el candidato o candidata que obtuviese el 35% de los votos y perteneciese a la lista más votada. En caso contrario era elegido por los miembros del concejo. A partir de las elecciones de 2004, hay elecciones separadas de alcaldes y concejales
El PNUD concluye que rol de los partidos en este ámbito es fundamental. Ellos son los ‘porteros’ de la política, es decir, quienes determinan quienes pueden o no competir. Al ser consultados respecto a las razones por las cuales no nominan a más mujeres la respuesta suele ser que es porque ‘no hay mujeres’. Sin embargo, los registros de militantes en los partidos del Servicio Electoral evidencian que ellas constituyen casi el 50% de los militantes. 
Aunque los partidos cuentan con similar cantidad de militantes masculinos y femeninos, según el Informe, el porcentaje de candidatas a alcaldesas en la última elección fue, en promedio de 14,1% del total.
Para los comicios municipales no rige la nueva ley de cuotas que se aplicará para las elecciones al Congreso del próximo año, en las que se exigirá al menos 40% de candidatas a los partidos en sus listas.

Infografía preparada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.

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