En una reciente publicación del medio español Confilegal se da a conocer el artículo «La Constitución española de 1978 es la segunda más longeva de la historia, con 43 años de edad», por Carlos Berbell y Yolanda Rodríguez.
Por ahora, y hasta dentro de 5 años, la que posee la distinción de ser la primera es la de 1876, con 47 años de edad. Fue la Constitución de la Restauración de la dinastía de los Borbones en España en la persona de Alfonso XII, hijo de la depuesta Isabel II.
Aquel fue un texto breve, de 89 artículos, que permitía la alternancia de los partidos en el Gobierno. Dos años más tarde, en 1878, se aprobó una nueva Ley electoral que restableció, por última vez, el sufragio restringido basado en la riqueza y la instrucción.
Doce años después, en 1890, durante la Regencia de María Cristina de Borbón –que representó a Alfonso XIII mientras fue menor–, se aprobó el sufragio universal, por el que todos los hombres mayores de 25 años y en pleno uso de sus derechos civiles podían votar. Sin ninguna otra condición que la de estar inscritos en el censo.
Entre aquella Constitución y la actual, se promulgó la de 1931, tras la proclamación de la Segunda República en 1931, en la que se bajó la edad para votar de los 25 a los 23 años y se reconoció el derecho el voto a las mujeres, merced al trabajo de Clara Campoamor, diputada del Partido Republicano Radical, que participó activamente en la redacción de aquella Carta Magna. Duró poco. Sólo ocho años.
España ha tenido en su historia un total de siete Constituciones. La primera de todas, la de Cádiz, en 1812, duró seis años en tres periodos diferentes: desde 1812 hasta 1814; desde 1820 a 1823; y desde 1836 a 1837.
Le siguió la de 1837, que prolongó su vida hasta 1845; cinco años.
La de 1845 duró 23 años, hasta 1868. Y la que la siguió, la de 1869, cuatro años. Hasta 1873.
La actual, la Constitución de 1978, cumple hoy 43 años. Y es un texto que reconoce derechos individuales y la protección de libertades.
No apareció al calor de una revuelta popular, como ocurrió con la primera de ellas, la de Cádiz de 1812, en una España ocupada por el invasor francés, sino que por el contrario, fue el fruto de un pacto laborioso, que comenzó con la Ley para la Reforma Política de 1976, con la que se desmontó el régimen franquista nacido de la Guerra Civil española.
Esta ley hizo posible las elecciones de 1977, que contenía ya los principios de un sistema democrático como el imperio de la Ley, el Estado de Derecho y la necesidad de elecciones por sufragio universal.
Tras estas elecciones generales, se aprobó la creación de una Comisión Constitucional para redactar un proyecto de Constitución.
Siete diputados de distinto signo político, conocidos como los Padres de la Constitución: Gabriel Cisneros Laborda, Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, y José Pedro Pérez-Llorca Rodrigo (los tres de la Unión de Centro Democrático), Manuel Fraga Iribarne (de Alianza Popular, luego reconvertida en Partido Popular), Gregorio Peces-Barba Martínez (PSOE), Miquel Roca i Junyent (CiU) y Jordi Solé Tura (Partido Comunista de España).
Los redactores del texto constitucional, conocidos como los «padres de la Constitución». De izquierda a derecha, Manuel Fraga Iribarne (Alianza Popular, luego convertida en Partido Popular), Gabriel Cisneros (Unión de Centro Democrático), Gregorio Peces-Barba (PSOE), José Pedro Pérez-Llorca (Unión de Centro Democrático), Jordi Solé Turá (Partido Comunista), Miguel Herrero de Miñón (Unión de Centro Democrático) y Miquel Roca (Convergencia i Unió, Minoría catalana). Salvo los dos últimos, el resto han fallecido.
Ellos fueron los encargados de redactar el anteproyecto de lo que sería el nuevo texto, que tras algunas discrepancias, fue votado y aprobado por las dos Cámaras el 31 de octubre de 1978.
La Carta Magna supuso el acuerdo de todos los representantes políticos, dejando a un lado las diferencias, en un momento muy difícil, y que hoy en día sigue estando muy viva y dando respuesta a los problemas que tiene la sociedad, aunque con el paso del tiempo, es lógico, que se pueda reformar.
Pocos días más tarde, el 6 de diciembre, la Constitución, se sometió a referéndum y fue ratificada por el pueblo español por una amplia mayoría.
Los españoles con derecho a voto en aquel momento sumaban los 26.632.180. Participaron 17.873.271; un 67,11 % del electorado.