Con 159 votos a favor, 53 en contra y 34 abstenciones, el Parlamento italiano aprobó de manera definitiva una ley que prohíbe la producción y venta de alimentos sintéticos, como la carne cultivada. Las multas por infringir sus disposiciones oscilan entre 10.000 y 60.000 euros, lo que refleja la seriedad con la que el gobierno está abordando esta cuestión.
La ley, propuesta por el Ministerio de Agricultura, convierte a Italia en el primer país europeo en implementar una medida tan restrictiva en relación con los alimentos sintéticos. Además de la prohibición de alimentos sintéticos, la ley proscribe el uso de términos tales como hamburguesa, chuleta o filete para productos vegetales que imiten productos de origen animal, con el objetivo de evitar confusiones entre los consumidores.
El gobierno italiano ha expresado su oposición a la carne artificial y a los alimentos producidos en laboratorio, basándose en la idea de preservar la «relación con la naturaleza».
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Según fuentes gubernamentales, Italia se posiciona como el primer país en el mundo en prohibir los alimentos sintéticos, argumentando que no “garantizan la salud, la calidad y la protección de la cultura y tradiciones del país”.
Esta decisión puede tener repercusiones significativas en la industria alimentaria y plantea preguntas sobre la relación entre la innovación en el sector y la preservación de prácticas tradicionales.
«Protegemos nuestros alimentos, nuestro sistema alimentario, para mantener la relación entre alimentos, tierra y trabajo del hombre que nos acompaña desde hace milenios, garantizando la calidad que expresa Italia y que es expresión de la seguridad alimentaria para todo el planeta. Los alimentos sintéticos, cultivado lejos de nuestras tradiciones, no garantiza este principio. Debemos proteger a nuestros trabajadores, a nuestros empresarios agrícolas y a nuestros ciudadanos que tienen derecho a comer bien», señaló el ministro de agricultura de Italia.