El Tribunal de Apelaciones de Hong Kong emitió una resolución para restringir cualquier actividad relacionada con la canción de protesta «Glory to Hong Kong». Esta orden busca equilibrar los intereses de la seguridad nacional y la libertad de expresión, limitando la reproducción de la obra musical en actividades consideradas sediciosas. Por otro lado, establece exenciones a esta prohibición para fines académicos y periodísticos.
El tribunal fundamentó su decisión en la “primacía de la seguridad nacional” por sobre otros aspectos, reconociendo que el derecho penal, incluida la Ley de Seguridad Nacional de 2020, no es completamente adecuado para protegerla. Por lo tanto, consideraró que una orden civil era necesaria para prevenir actividades que amenazan la seguridad nacional, complementando así el régimen penal existente.
Además, se reconoció la dificultad de identificar y procesar a los responsables debido al anonimato en línea, lo que justificó la necesidad de obligar a los proveedores de servicios de Internet a eliminar contenido relacionado. Se subrayó la importancia del certificado emitido por el Jefe del Ejecutivo de acuerdo con la Ley de Seguridad Nacional, que se considera vinculante para los tribunales. Asimismo, se enfatizó la deferencia judicial a la evaluación del ejecutivo sobre cuestiones de seguridad nacional, citando fundamentos constitucionales e institucionales.
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Es relevante señalar que no hubo acusados presentes en la audiencia, y que una solicitud de un activista para intervenir en la apelación fue denegada por no haber participado en las actividades que la orden buscaba restringir.
La canción Glory to Hong Kong surgió durante las protestas a favor de la democracia en 2019, que estallaron contra una controvertida ley de extradición, convirtiéndose así en el himno no oficial del movimiento ciudadano. Su letra incluye líneas como «Liberar Hong Kong» y «Revolución de nuestros tiempos. Que el pueblo reine, orgulloso y libre, ahora y siempre. Gloria a ti Hong Kong», por lo que ha sido catalogada por las autoridades como subversiva.
“El compositor de la canción tenía la intención de que fuera un “arma” y así fue. Se ha utilizado como impulso para impulsar las violentas protestas que azotan a Hong Kong desde 2019. Es poderosa para despertar emociones entre ciertas fracciones de la sociedad. Tiene el efecto de justificar e incluso romantizar y glorificar los actos ilegales y violentos infligidos a Hong Kong en los últimos años, despertando y reavivando fuertes emociones y el deseo de enfrentamientos violentos. Además, en manos de quienes tienen la intención de incitar a la secesión y la sedición, la canción puede utilizarse para despertar sentimientos antisistema y la creencia en la separación de la República Popular China”, concluye la resolución.