La Corte Suprema de Estados Unidos rechazó de manera unánime un recurso que buscaba restringir el acceso al medicamento anticonceptivo mifepristona. Esta sentencia es particularmente relevante en el contexto legal del precedente Roe v. Wade, que ha experimentado cambios drásticos desde la revocación de esa decisión histórica en 2022 con el caso Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization.
En el fallo de Dobbs, la Corte Suprema determinó que el aborto no es un derecho constitucional y devolvió la autoridad para legislar sobre el aborto a los Estados y a los votantes. Esta decisión posibilitó la dictación de una serie de legislaciones que han llevado a prohibiciones totales del aborto en 14 Estados y restricciones basadas en la duración de la gestación en 27 estados, según los antecedentes.
La demanda contra la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) fue presentada por una coalición de organizaciones médicas cristianas y provida en noviembre de 2022. En ella se argumentó que la FDA no había evaluado adecuadamente los riesgos de seguridad al aprobar la mifepristona en 2000. Los demandantes sostuvieron que la FDA había priorizado la política sobre la ciencia, por lo que buscaron retirar la mifepristona del mercado estadounidense o restringir su uso.
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Sin embargo, la Corte Suprema, en una decisión escrita por el juez Brett Kavanaugh, concluyó que los demandantes no tenían legitimación activa para impugnar la regulación de la FDA. La Corte explicó que, bajo el artículo III de la Constitución de Estados Unidos, la legitimación activa requiere que los demandantes demuestren un daño directo y particularizado. Dado que los demandantes no prescriben ni usan mifepristona, no pudieron demostrar un daño concreto causado por las regulaciones relajadas de la FDA.
La Corte afirmó que las objeciones de los demandantes eran de naturaleza legal, moral, ideológica y política, y que no constituían un daño directo que justificara la intervención de los tribunales federales. En el fallo se subrayó la importancia del concepto de legitimación activa para filtrar demandas basadas en objeciones generales a acciones gubernamentales.
La decisión de la Corte Suprema previene un cambio significativo en el acceso al aborto en los EE.UU., donde la interrupción del embarazo con medicamentos, que incluye el uso de mifepristona, representa más del 63% de los abortos, según un estudio del Instituto Guttmacher. Este aumento del 53% en 2020 destaca la creciente dependencia de los métodos médicos para el aborto en lugar de los procedimientos quirúrgicos.
De este modo, la Corte no solo reafirma la autoridad de la FDA para regular medicamentos basados en evaluaciones científicas, sino que también preserva el acceso a un método crucial de aborto en un contexto de crecientes restricciones a nivel estatal.