El líder supremo de Irán, Ali Khamenei, emitió una orden al poder judicial del país para que no utilice principios de Derechos Humanos occidentales en sus decisiones judiciales. Esta instrucción se dio a conocer durante una reunión con el jefe del poder judicial y otros altos funcionarios.
En su discurso, Khamenei señaló que estos principios no eran aplicables en el país y criticó a las naciones occidentales por su supuesto doble estándar en materia de derechos humanos. Esta declaración se produjo un día después de que la Corte Suprema de Irán revocara la sentencia de muerte del rapero disidente Toomaj Salehi.
Salehi fue arrestado y acusado de varios delitos, entre ellos «corrupción en la Tierra», que conlleva la pena de muerte, así como «propaganda contra el Estado» y «colaboración con gobiernos hostiles», que pueden ser castigados con penas de uno a diez años de prisión. Salehi fue mantenido en confinamiento solitario en la prisión de Dastgerd, una instalación de máxima seguridad administrada por el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI).
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Las autoridades iraníes consideraron subversivas algunas de sus letras, en las que criticaba la muerte de Mahsa Amini y la situación de las mujeres en Irán. Amini, de 22 años, falleció bajo custodia policial por presuntamente violar la ley religiosa iraní que exige que las mujeres utilicen velo.
En respuesta a las manifestaciones que siguieron a la muerte de Amini, el sistema judicial iraní tomó medidas estrictas contra los manifestantes y figuras públicas como Salehi. Algunos manifestantes detenidos incluso fueron ejecutados. En este contexto, un informe de la ONU documentó violaciones de derechos humanos por parte de las autoridades iraníes durante este periodo de disturbios, incluyendo ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias, torturas, violaciones, desapariciones forzadas y persecución basada en género.
En 2019, Hamid Nouri fue detenido en un aeropuerto sueco debido a su presunta participación en las masacres carcelarias de 1988 en Irán. Un informe de Amnistía Internacional de 2018 indicó que miles de disidentes políticos y activistas fueron ejecutados en prisiones iraníes entre julio y septiembre de 1988, y sus cuerpos fueron enterrados en tumbas anónimas, muchas de las cuales aún no han sido descubiertas.
Al día de hoy Irán se está preparando para realizar elecciones presidenciales anticipadas el 28 de junio, tras la muerte del presidente Ebrahim Raisi y del ministro de Asuntos Exteriores Hossein Amir-Abdollahian en un accidente de helicóptero ocurrido en mayo.