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Imagen: france24.com
Opinión.

República Dominicana 2024: la reelección del presidente, por Rafael Rodríguez.

El próximo 16 de agosto Abinader iniciará su segundo gobierno consecutivo, y deberá adoptar acciones para resolver el gran problema pendiente que tiene el país: la desigualdad (el 42% de la riqueza se encuentra en manos del 1% de la población, según el Banco Interamericano de Desarrollo). Es decir, si bien la economía dominicana se ha expandido en las últimas dos décadas a un ritmo tres veces mayor que el promedio en América Latina, se trata de una sociedad que registra bolsones de pobreza importantes.

5 de julio de 2024

El domingo 19 de mayo 8 millones de dominicanos debían acudir a las urnas para elegir Presidente, Vicepresidente, 32 senadores, 195 diputados y 20 diputados del PARLACEN (Parlamento Centroamericano). Así, el actual presidente de la República, Luis Abinader, candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM), alcanzó la reelección en la primera vuelta, quedando listo para ejercer el cargo durante el periodo constitucional 2024-2028. Asimismo, el PRM obtuvo una amplia mayoría en el Senado y la Cámara de Diputados. Cabe precisar que en este proceso participó el 54% de los ciudadanos que forman parte del padrón electoral.

Los resultados presidenciales

Al respecto, la Junta Central Electoral, luego de escrutar casi el 100% de las mesas de votación, informó que la fórmula presidencial de Luis Abinader era la ganadora acumulando el 58% de los votos. Más atrás se ubicaron Leonel Fernández, ex presidente durante los periodos 1996-2000, 2004-2008 y 2008-2012, con el 28% de los apoyos, y Abel Martínez, líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), quien obtuvo el 10% de las preferencias. Es importante señalar que si bien Leonel Fernández había logrado alcanzar la presidencia de la República en tres oportunidades liderando al PLD, en esta ocasión postuló representando al partido progresista Fuerza del Pueblo (FP).

Ahora bien, siendo la victoria de Abinader absolutamente contundente, es importante indicar que los resultados de esta jornada electoral no hicieron otra cosa que confirmar las proyecciones que todas las empresas encuestadoras habían emitido días antes de la votación. Es más, podríamos indicar, luego de verificar el comportamiento electoral de la ciudadanía, que el 70% de popularidad que registra el actual jefe de Estado, según la empresa CID-Gallup, explica por qué se impuso en todas las circunscripciones electorales en las que está divida República Dominicana (31 provincias, el Distrito Nacional y los dominicanos residentes en el exterior).

Los resultados congresales

En esa misma línea, si la victoria de Abinader fue categórica en la carrera presidencial, los resultados alcanzados por el PRM en la competencia congresal han sido igual de contundentes. Así, en la Cámara de Senadores (compuesta por 32 miembros) el PRM y aliados obtuvieron 29 escaños. Del mismo modo, en la Cámara de Diputados (compuesta por 190 miembros) el PRM y aliados consiguieron 144 curules. En otras palabras, el presidente reelecto contará con una mayoría calificada en ambas cámaras para impulsar las reformas normativas que considere necesarias y cumplir con el plan de gobierno ofrecido a la ciudadanía durante la campaña electoral.

La palabra de los candidatos

Una vez conocidos los resultados oficiales, fue el ex presidente Fernández, quien a través de su cuenta en X informaba a sus electores que minutos antes había llamado por teléfono al presidente Abinader para reconocer su triunfo y desearle éxitos en su gestión. Lo mismo hizo Abel Martínez, a través de sus redes sociales.

A su turno, Abinader, el gran vencedor de la jornada, con gran emoción se dirigió a los electores indicando que el pueblo había hablado con claridad, y lo que el pueblo quiere es seguir profundizando el cambio impulsado por su gobierno. Así, manifestó que el resultado obtenido era mejor que en 2020, y que el mismo premiaba el trabajo realizado por su gestión basado en criterios de eficacia y transparencia.

Asimismo, manifestó que será respetuoso de los límites que la Constitución dominicana establece y no buscará forzar un tercer mandato presidencial por mucho que cuente con el apoyo popular de las grandes mayorías. Ese será, según sus propias palabras, parte del legado que él quiere dejarle a su país, no sin antes señalar que seguirá profundizando los cambios iniciados en 2020.

La popularidad de Abinader

Sobre este punto, es oportuno reiterar que estamos ante un Jefe de Estado que cuenta con índices de popularidad por encima del 70%, razón por la cual su reelección obtenida en primera vuelta no debería de sorprendernos. No obstante ello, sí resulta importante conocer las razones por las cuales los medios y especialistas dominicanos consideran que Abinader cuenta con semejante respaldo.

En resumen, si uno revisa los diferentes análisis que explican el éxito electoral del actual presidente podríamos afirmar que son 4 los grandes logros que la ciudadanía reconoce a la gestión de Abinader:

1) Las medidas adoptadas para resolver la crisis de la pandemia (garantizando la salud de los dominicanos -entregando rápidamente vacunas a la población- pero también la continuidad de las actividades económicas -la actividad turística, sobre todo-).

2) La campaña impulsada por su administración para combatir la corrupción (especialmente en el aparato público), basada en criterios de transparencia y rendición de cuentas.

3) Las medidas económicas adoptadas durante su gestión (como el apoyo a la industria turística, que ha permitido la recuperación en tiempo récord de la misma), haciendo posible el crecimiento del 5% del PBI en 2024, según la proyección hecha por el Banco Mundial.

4) La postura asumida por su gobierno para el tratamiento del problema migratorio con Haití (los dominicanos resaltan y apoyan la línea dura de su administración).

La clave de la campaña

Dicho ello, compartimos la opinión de quienes consideran que Abinader hubiera podido lograr la reelección basando su campaña (como lo hizo en 2020) en la lucha contra la corrupción ya que la ciudadanía ha valorado positivamente todas y cada una de las medidas adoptadas por su administración. Por ejemplo, la gran mayoría de electores, tomó como un acierto el nombramiento de Miriam Germán, ex jueza de la Corte Suprema de Justicia, como Procuradora General del Estado.

Ella viene liderando investigaciones que involucran a funcionarios de alto nivel del gobierno anterior, incluyendo a pesos pesados de la política dominicana como el ex Procurador General del Estado y un ex Ministro de Hacienda. Del mismo modo, la opinión pública respaldó la promulgación de la Ley de Confiscación en 2022, que permite incautar los bienes adquiridos de manera ilegal, desarticulando y desmantelando a las organizaciones criminales.

Sin embargo, Abinader y sus aliados entendieron que si querían mejorar los resultados de 2020, era necesario incorporar en la campaña un tema que movilice al electorado y que convoque a toda la sociedad a su favor. Por ello, la politóloga dominicana Rosario Espinal, en opinión que compartimos, indica que estas elecciones fueron mostrando como un líder político podría convertir los temores de la migración a su favor, apelando, dicho sea de paso, a una tradición de mano dura que nació durante la primera mitad del siglo XX.

Este año, por ejemplo, República Dominicana viene deportando a cientos de personas de Haití (incluyendo a mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz)), a pesar del pedido formulado por las Naciones Unidas pues se trata de personas que están huyendo de la violencia desatada por grupos criminales haitianos. Pero Abinader, aplicando la mano dura, ha ido más allá implementando medidas más drásticas como la suspensión de la emisión de visas, la clausura de la frontera (por más de un mes), o, la más polémica, la construcción de un muro fronterizo entre ambos países que comparten la isla caribeña conocida como La Española.

A pesar de la polémica que estas medidas han desatado a nivel de la comunidad internacional, lo cierto es que las mismas le han permitido a Abinader contar con el respaldo casi unánime del voto conservador, debiendo subrayar que las actitudes anti haitianas no son nuevas en la historia dominicana, basta recordar que Rafael Leónidas Trujillo, el popular dictador que lideró el país en el periodo 1930-1961, oficializó una campaña que mostraba a los haitianos como racial y mentalmente inferiores y, en 1937, dispuso la masacre de miles de haitianos y de dominicanos de ascendencia haitiana.

Lo que se viene

Más allá de lo expuesto, lo cierto es que el próximo 16 de agosto Abinader iniciará su segundo gobierno consecutivo, y deberá adoptar acciones para resolver el gran problema pendiente que tiene el país: la desigualdad (el 42% de la riqueza se encuentra en manos del 1% de la población, según el Banco Interamericano de Desarrollo). Es decir, si bien la economía dominicana se ha expandido en las últimas dos décadas a un ritmo tres veces mayor que el promedio en América Latina, se trata de una sociedad que registra bolsones de pobreza importantes. Frente a ello, el presidente reelecto ha prometido, además de seguir promoviendo las inversiones (nacionales y extranjeras), garantizando la seguridad y la propiedad privada, ampliar los programas sociales de ayuda con trasferencia directa de dinero para los sectores más pobres del país.

Por último, es importante resaltar que los electores -durante la campaña- señalaron que la migración haitiana y la inseguridad eran los otros dos grandes problemas que debía resolver la administración de Abinader. En esa línea, y tomando como punto de partida el apoyo que el Gobierno tendrá en ambas cámaras del Parlamento, lo que se espera es que las políticas de Estado y las normas que pudieran aprobarse en República Dominicana para combatir la criminalidad (muchas de ellas vinculadas al campo migratorio), sean respetuosas de los principios consagrados en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos reconocidos en América Latina en el Pacto de San José.

 

 

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