En una reciente publicación del Instituto Libertad y Desarrollo se da a conocer el título «Principales contenidos de la propuesta de Reforma al Sistema Político».
Un grupo transversal de senadores ha propuesto una reforma constitucional para introducir reformas al sistema político en el sentido de reducir la fragmentación, fomentar la gobernabilidad y reducir el descolgaje.
Contenidos principales de la propuesta:
– Que solo los partidos que obtengan al menos un 5% de los votos a nivel nacional en la elección de la Cámara de Diputados puedan acceder a la representación en dicha Cámara. Señalando que se exceptuarán de esta norma los partidos políticos que obtengan mínimo ocho parlamentarios en el Congreso Nacional, entre los electos en dicha elección parlamentaria y los senadores que continúan en ejercicio hasta la siguiente elección. Los votos obtenidos por los partidos políticos que no obtengan escaños, conforme a las reglas anteriores, se asignarán a los partidos políticos del pacto que sí cumplan con los requisitos para integrar la Cámara de Diputados, de manera proporcional al número de votos obtenidos por ellos en el respectivo distrito electoral.
– Se proponen algunas medidas para fortalecer la disciplina partidaria y evitar el discolaje, tal es el caso de la pérdida del escaño ante la renuncia al partido.
Comentario de mérito:
Si bien la reforma, en su espíritu, parece bien orientada. Por la manera en que está formulada, resulta insuficiente, por los siguientes motivos:
– Contempla un régimen de transitoriedad excesivamente laxo, haciéndola fácilmente soslayable para los partidos para las elecciones de 2025, en la medida que se admite que para las elecciones parlamentarias de 2025 los partidos que obtengan al menos un 4% de los votos accedan al Congreso, o bien quienes obtengan 4 parlamentarios. Permitiendo, además, la fusión de partidos intra-coalición que no alcancen el umbral, y la constitución federaciones de partidos de forma transitoria, pese a que en nuestro marco institucional la figura de la “federación de partidos” no existe. Esta disposición transitoria, hará que en los hechos la norma del umbral sea fácilmente soslayada.
– Se plantea también que los diputados y senadores que renuncien a su partido, o los independientes que comiencen a militar en un partido distinto por el cual fueron electos, pierdan su escaño. Sobre lo anterior, este tipo de fórmulas son propias de sistemas de elección de parlamentarios bajo esquemas de listas cerradas, es decir, donde la ciudadanía vota por un partido y no por un candidato. En Chile, la tradición es que el electorado vota por un candidato, por ende, imponer una sanción tan intensa ante un escenario de renuncia parece excesivo, resultando el electorado abiertamente perjudicado. La militancia, debe sostenerse sobre la base de la adhesión a ideas u principios y no meramente a partir de fórmulas coactivas.
– La fórmula planteada tampoco modifica la esencia del sistema electoral al no alterar la magnitud de los distritos o el número de escaños que se eligen por unidad electoral. Toda vez que la evidencia muestra que modificar la magnitud de los distritos es la manera más directa y eficaz para abordar la problemática de la fragmentación.
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– La propuesta tampoco aborda, otros ámbitos que también han incidido en la fragmentación del sistema de partidos, como es el caso del financiamiento corriente a las agrupaciones partidarias, que ha provocado el fenómeno de “pymes políticas”. La reforma podría ser una oportunidad de revisar la fórmulas de financiamiento a la política, pero este tema no ha sido considerado dentro del acuerdo.
Con todo, es de esperar que durante la tramitación legislativa la iniciativa sea perfeccionada. La aprobación de una reforma que tendrá un impacto limitado al soslayar el corregir la raíz del problema también puede ser un problema, en términos de la expectativa generada y de la validación de un sistema electoral proporcional que ha sido nocivo para la gobernabilidad de nuestro país.