La Corte Suprema de Illinois (Estados Unidos) resolvió que el olor a cannabis crudo detectado en un vehículo constituye una causa probable suficiente para justificar un registro vehicular sin necesidad de una orden judicial. Lo resolvió en el marco de un caso en que un pasajero de un automóvil fue detenido y acusado por exceso de velocidad y por violar disposiciones del Código de Vehículos Motorizados del Estado de Illinois que regulan el transporte de cannabis. Según dichas normas, el cannabis debe estar almacenado en un recipiente seguro, sellado, a prueba de olores y fuera del alcance dentro del vehículo.
El acusado presentó una moción para suprimir la evidencia del cannabis encontrado, alegando que el olor por sí solo no debía ser suficiente para el registro. El tribunal de primera instancia acogió esta tesis, al estimar que el olor a cannabis crudo no establecía causa probable debido a la posibilidad de explicaciones legales para su presencia, como su uso laboral o médico.
La Corte Suprema, al revocar la decisión del tribunal inferior, argumentó que la causa probable no requiere descartar explicaciones inocentes, sino únicamente que los hechos permiten a una persona razonable suponer la existencia de una “probabilidad razonable de actividad ilícita”. Además, se enfatizó que el oficial que realizó el registro estaba entrenado para distinguir entre cannabis crudo y quemado. Según el tribunal, esta capacidad, junto con el olor percibido, constituía una base suficiente para el registro del vehículo.
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Así, la Corte distinguió entre el olor a cannabis crudo y quemado, señalando que el primero ofrece mayor certeza sobre la localización y el estado del cannabis, indicando su presencia en el vehículo y no en un recipiente autorizado. En cambio, el olor a cannabis quemado no resulta suficiente, por sí solo, para justificar un registro sin orden.
Un voto disidente expresó que el fallo otorga un peso excesivo a las restricciones de transporte de cannabis, sugiriendo que el olor, dado el estatus legal del cannabis en Illinois, debería generar un menor nivel de sospecha. La disidencia también destacó que la decisión podría perpetuar estigmas relacionados con el uso del cannabis.
En virtud de estos razonamientos, la decisión de la Corte permitió que la evidencia incautada fuera utilizada en el juicio en curso contra Molina, sentando así un precedente para la interpretación y aplicación de las leyes estatales que regulan el consumo y manipulación de cannabis.
“En resumen, se pueden sacar conclusiones diferentes según se detecte olor a cannabis quemado o crudo. El olor a cannabis quemado sugiere un consumo previo o actual de cannabis, y el olor a cannabis crudo sugiere que se posee cannabis en la zona donde se detecta el olor. Se aplican distintas leyes en función de esas conclusiones. Por lo tanto, los dos olores distintos no pueden tratarse como iguales en un análisis de causa probable”, concluye la Corte.