La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) publicó el “Informe Mundial sobre la Trata de Personas 2024”, en el que se señala un incremento del 25% en la detección de víctimas de trata de personas entre 2019 y 2022. Este informe, que analiza datos de 156 países, indica un cambio significativo en las modalidades de explotación asociadas a este delito, destacando un aumento en los casos relacionados con el trabajo forzoso y la explotación infantil.
El documento detalla que, por primera vez, la trata con fines de trabajo forzoso representa la mayoría de los casos a nivel mundial, desplazando a la explotación sexual como la forma predominante. Además, se informa de un incremento significativo en la explotación de menores, con un aumento del 31% en el número de víctimas infantiles detectadas desde 2019. Entre estos, las niñas son frecuentemente objeto de trata con multas de explotación sexual, mientras que los niños suelen ser explotados en trabajos forzados o actividades como mendicidad y estafas.
El informe subraya que la pobreza, los conflictos armados y los desastres climáticos son factores estructurales que incrementan las vulnerabilidades de las poblaciones afectadas, convirtiéndolas en blanco de las redes de trata. Según los datos recopilados, África constituye una de las principales regiones de origen de víctimas detectadas, muchas de las cuales son objeto de tratamiento dentro del propio continente. También se observa un aumento en la detección de víctimas en regiones como América del Norte, Europa Occidental y África Subsahariana.
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En cuanto a las tendencias delictivas, el informe destaca la utilización creciente de víctimas de trata para la comisión de estafas en línea, reflejando la diversificación de las actividades ilícitas perpetradas por redes transnacionales de delincuencia organizadas. El informe considera que este fenómeno resalta la necesidad de adaptar las estrategias de investigación y persecución penal a las nuevas modalidades de explotación.
Entre las recomendaciones del informe se incluye la necesidad de incorporar medidas específicas para la protección de la infancia en los marcos legales y operativos contra la trata de personas. Asimismo, se enfatiza la importancia de fortalecer los sistemas de justicia para abordar el trabajo forzoso y la trata transfronteriza, así como la cooperación internacional para desarticular redes delictivas organizadas.
Finalmente, el informe señala que estas acciones deben alinearse con los compromisos adoptados en el Pacto por el Futuro y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, especialmente las metas relacionadas con la eliminación de la trata de personas y el trabajo forzoso, y la protección de la infancia frente a todas las formas de explotación.