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Opinión.

La Inteligencia Artificial y el riesgo de pruebas digitales falsas en el sistema judicial: Análisis y propuestas de reforma, por Eduardo Perdiguero Borrell.

Las deepfakes son, esencialmente, medios digitales (videos, imágenes y audios) alterados mediante algoritmos de IA para que imiten a personas reales de manera muy precisa.

5 de enero de 2025

En la era digital, la inteligencia artificial (IA) ha transformado radicalmente muchos aspectos de nuestra vida cotidiana y profesional. Sin embargo, los avances recientes en la generación de contenido digital falso —mediante técnicas como los deepfakes— han traído nuevos desafíos legales y éticos que exigen respuestas contundentes y reformas legislativas claras.

Las deepfakes son, esencialmente, medios digitales (videos, imágenes y audios) alterados mediante algoritmos de IA para que imiten a personas reales de manera muy precisa.

Actualmente, el ojo humano aún puede detectar muchas de estas falsificaciones, pero la tecnología está avanzando tan rápidamente que es solo cuestión de tiempo antes de que los medios falsos se vuelvan indetectables a simple vista.

Este tipo de contenido plantea cuestiones graves en el ámbito jurídico, donde la veracidad de las pruebas es crucial para el desarrollo de juicios justos y objetivos.

En procedimientos civiles, la manipulación de evidencias audiovisuales podría inclinar la balanza en disputas comerciales, familiares o laborales de manera injusta.

En el ámbito penal, las consecuencias son aún más alarmantes: la falsificación de videos o audios podría llevar a condenas erróneas, dañando irreversiblemente las vidas de los implicados.

Este artículo analiza los peligros de utilizar pruebas falsas generadas por IA en procesos judiciales y propone modificaciones legales necesarias para abordar esta amenaza, como la incorporación de peritos informáticos en el sistema judicial, la creación de un protocolo de verificación de pruebas digitales y la capacitación de los profesionales del derecho en tecnologías de IA.

Evolución y estado actual de las pruebas falsas generadas por IA

En sus inicios, la IA aplicada a la generación de contenido digital se limitaba a tareas sencillas, como el procesamiento de texto o la mejora de imágenes. Sin embargo, en los últimos años ha surgido una tecnología de IA generativa que permite crear deepfakes, contenido multimedia que simula el comportamiento, la voz y la apariencia de una persona real con un nivel de detalle cada vez más alarmante.

Este contenido se ha popularizado y, hoy en día, está al alcance del público general a través de diversas aplicaciones y programas.

El fenómeno ha ganado atención en los ámbitos de la seguridad y la justicia, pues las aplicaciones de IA en manos de individuos malintencionados permiten generar pruebas completamente ficticias con intenciones de manipular juicios.

Ya existen casos documentados de deepfakes que han sido utilizados con fines de extorsión, difamación e incluso para interferir en procesos judiciales. Aunque las autoridades y los profesionales del derecho han comenzado a aplicar métodos para identificar estas falsificaciones, la velocidad con la que avanzan las tecnologías de IA plantea un gran reto.

Impacto de las pruebas falsas en los procedimientos judiciales

a) Procedimientos Civiles

En el contexto de los procedimientos civiles, la presentación de pruebas audiovisuales ha cobrado una importancia creciente, dado que estas pruebas pueden influir significativamente en la resolución de disputas.

Desde casos de divorcio hasta conflictos laborales, la capacidad de las partes para presentar pruebas visuales y sonoras que respalden sus alegaciones es fundamental para el proceso judicial. Sin embargo, la utilización de tecnologías como los deepfakes plantea desafíos significativos que deben ser abordados para garantizar la integridad y la justicia en el sistema.

i. Impacto de los deepfakes en litigios civiles

Los deepfakes, que permiten crear videos y audios que pueden engañar a los observadores haciéndoles creer que lo que ven o escuchan es real, son una herramienta que puede ser utilizada maliciosamente en procedimientos civiles. Por ejemplo:

• Divorcios y cuestiones de custodia: En un proceso de divorcio, uno de los cónyuges podría presentar un deepfake que simula una situación de infidelidad del otro, alterando la percepción del juez sobre la fidelidad y la estabilidad del hogar. Esta manipulación podría no solo afectar la decisión sobre la división de bienes, sino también influir en las determinaciones sobre la custodia de los hijos, en casos donde el comportamiento de los padres es crucial para el bienestar de los menores.

• Conflictos laborales: En el ámbito laboral, un empleador podría utilizar un video manipulado para acusar a un empleado de insubordinación o mala conducta. Un deepfake podría mostrar al empleado en una situación comprometida que nunca ocurrió, dañando su reputación y poniendo en riesgo su empleo.

La presentación de esta prueba no solo tiene el potencial de llevar a una terminación injusta del contrato laboral, sino que también puede afectar la futura empleabilidad del individuo en el mercado laboral.

ii. Consecuencias de la admisión de pruebas sin validación

La admisión de pruebas digitales en procedimientos civiles sin un proceso de validación adecuado presenta varios riesgos significativos:

• Compromiso de la equidad: Sin la verificación técnica de la autenticidad de las pruebas audiovisuales, el tribunal podría basar su decisión en información manipulada.

Esto no solo compromete la equidad del proceso, sino que también puede llevar a decisiones que no reflejan la verdad de los hechos. La posibilidad de que se admita prueba falsa socava los principios de justicia y equidad que deberían prevalecer en cualquier procedimiento civil.

• Desconfianza en el Sistema Judicial: La falta de medidas adecuadas para validar las pruebas digitales puede erosionar la confianza del público en el sistema judicial. Si las partes sienten que las pruebas pueden ser manipuladas sin consecuencias, pueden perder la fe en la capacidad de los tribunales para ofrecer justicia.

Esto podría llevar a un aumento de los litigios, donde las partes buscan resolver disputas fuera de los tribunales, como en mediaciones privadas o en el uso de arbitrajes, menos regulados y supervisados.

• Desigualdad de recursos: Además, la capacidad para presentar pruebas manipuladas puede depender de los recursos disponibles para las partes. Aquellos con menos acceso a asesoría legal o recursos tecnológicos podrían estar en desventaja, ya que no podrían defenderse adecuadamente de acusaciones basadas en pruebas manipuladas.

Esto puede llevar a un sistema en el que la justicia se basa en la capacidad de las partes para manipular pruebas y no en los hechos reales del caso.

iii. La Necesidad de un marco de validación estricto.

Para abordar estos desafíos, es fundamental establecer un marco de validación riguroso para la admisión de pruebas digitales en los procedimientos civiles. Este marco debería incluir:

• Protocolo de verificación: Implementar un protocolo claro y obligatorio para la verificación de pruebas audiovisuales. Esto podría incluir la utilización de peritos informáticos que realicen un análisis exhaustivo de la autenticidad de las pruebas antes de su presentación ante el tribunal.

• Formación en el uso de tecnología: Los jueces y abogados deben recibir capacitación en la identificación de pruebas manipuladas y en el uso de herramientas tecnológicas para su verificación. Este conocimiento les permitirá cuestionar la autenticidad de las pruebas presentadas y tomar decisiones informadas.

• Regulación de la presentación de pruebas digitales: Establecer normas que regulen cómo se pueden presentar las pruebas digitales en los procedimientos civiles. Por ejemplo, podría exigirse que cualquier prueba audiovisual presentada deba acompañarse de un informe de un perito que certifique su autenticidad.

Procedimientos Penales

En el contexto de los procedimientos penales, la integridad y la fiabilidad de las pruebas son de vital importancia, ya que no solo determinan la culpabilidad o inocencia de un acusado, sino que también pueden influir directamente en su libertad y en su vida.

La posibilidad de que pruebas manipuladas, como deepfakes, sean admitidas en un juicio plantea serios riesgos y desafíos para la administración de justicia. A continuación, se exploran las implicaciones de esta situación en detalle.

i. Impacto de los deepfakes en los procedimientos penales

Los deepfakes son una forma de tecnología de IA que permite crear imágenes, videos o audios falsificados que pueden parecer sorprendentemente reales. En el ámbito penal, su uso malintencionado puede manifestarse de varias maneras:

• Falsificación de la presencia: Un deepfake puede ser utilizado para incriminar a un acusado al colocarlo en un lugar donde nunca estuvo. Esto puede incluir la creación de un video que simule su presencia en la escena de un crimen, lo que puede llevar a errores judiciales graves.

• Manipulación de testimonios: Las tecnologías de deepfake también pueden generar declaraciones falsas que parecen ser genuinas, como un testigo que “confiesa” haber visto a un acusado cometer un delito. Si un jurado o un juez acepta este tipo de prueba sin un análisis crítico adecuado, se puede llegar a condenar a personas inocentes.

• Fabricación de evidencia: En casos más extremos, un deepfake podría usarse para crear pruebas que sostengan una narrativa completamente falsa, donde un video manipulado podría mostrar la supuesta confesión del acusado o una interacción delictiva con otra persona.

ii. Consecuencias devastadoras de confiar en pruebas falsas

La confianza en pruebas falsificadas como los deepfakes tiene implicaciones de largo alcance:

• Condena de personas inocentes: Un error judicial causado por una prueba manipulada puede resultar en la condena de un individuo inocente, lo que no solo afecta a la persona implicada, sino que también socava la confianza pública en el sistema judicial. La reputación del sistema penal se ve afectada cuando las personas perciben que la justicia puede ser influenciada por pruebas falsificadas.

• Absolución de culpables: Al mismo tiempo, las pruebas manipuladas pueden llevar a la absolución de verdaderos culpables, permitiendo que criminales escapen a la justicia. Esto puede crear un ambiente de impunidad, donde el miedo a la detención o condena se disipa para aquellos que podrían beneficiarse de la manipulación tecnológica.

• Desconfianza en el Sistema Judicial: La introducción de pruebas de este tipo puede erosionar la confianza en el sistema de justicia penal, ya que los ciudadanos pueden comenzar a dudar de la integridad de los procedimientos judiciales y de la capacidad del sistema para diferenciar entre evidencia auténtica y manipulada.

iii. Implicaciones éticas y regulatorias

El uso creciente de deepfakes y otras formas de contenido manipulado presenta desafíos éticos significativos. Las siguientes consideraciones deben ser abordadas:

Manipulación masiva y fines delictivos: Sin una regulación estricta, la tecnología de deepfake podría ser utilizada no solo para incriminar a personas inocentes, sino también para desinformar al público en general. Esto podría abrir la puerta a campañas de difamación, extorsión, y otras actividades delictivas que socavan la justicia y el bienestar social.

• Creación de normativas estrictas: Es imperativo que los legisladores desarrollen marcos regulatorios que aborden el uso de deepfakes en contextos judiciales. Esto incluye no solo la prohibición del uso de estas tecnologías para engañar o manipular pruebas, sino también la creación de sanciones adecuadas para aquellos que intenten usarlas de esta manera.

• Educación y conciencia: Además de la regulación, es crucial que tanto los profesionales del derecho como el público en general sean educados sobre los riesgos asociados con las pruebas manipuladas. La capacitación de jueces, abogados y jurados sobre cómo identificar posibles deepfakes y otros contenidos manipulados puede ser fundamental para proteger la integridad del sistema judicial.

iv. Desafíos en la detección de deepfakes

Aunque actualmente existen tecnologías de detección de deepfakes, estas son todavía insuficientes para abordar la amenaza que representan en el ámbito judicial. A medida que la tecnología avanza, también lo hacen las técnicas para crear deepfakes, lo que complica su detección:

• Evolución tecnológica: La capacidad de crear deepfakes se está volviendo cada vez más accesible, lo que significa que incluso individuos sin conocimientos técnicos avanzados pueden producir contenido manipulativo. Esto crea una necesidad urgente de sistemas robustos de detección que evolucionen al mismo ritmo que la tecnología de creación de deepfakes.

• Dependencia de expertos: La detección efectiva de deepfakes puede requerir la intervención de expertos forenses digitales que puedan analizar el contenido en detalle. La falta de estos recursos en algunos sistemas judiciales puede limitar la capacidad de los tribunales para hacer justicia.

Limitaciones actuales en la detección de deepfakes y su futuro

Hoy en día, los expertos en análisis digital y algunas herramientas especializadas pueden detectar deepfakes mediante la identificación de errores en la reproducción de expresiones faciales, movimientos corporales anómalos o inconsistencias en la sincronización de voz y movimiento. Sin embargo, estas detecciones requieren personal capacitado y equipos tecnológicos avanzados, recursos que muchos tribunales aún no poseen.

A medida que los algoritmos de generación de contenido falso se vuelven más sofisticados, la detección mediante el ojo humano será prácticamente imposible.

En un futuro próximo, se espera que las deepfakes sean completamente indetectables a simple vista. Esta situación plantea una paradoja: aunque la IA puede crear contenido falso, no puede detectarse a sí misma de manera infalible. Los métodos actuales de detección de IA son efectivos en cierta medida, pero no pueden seguir el ritmo de las mejoras en la tecnología de generación de contenido.

Esto lleva a la necesidad urgente de adaptar las normas procesales y contar con especialistas para verificar la autenticidad de las pruebas digitales en los tribunales.

Propuestas de reforma en la legislación penal y civil

Ante este panorama, es imperativo introducir cambios en la legislación actual para fortalecer el sistema judicial frente a las amenazas de pruebas falsas generadas por IA. A continuación, se presentan algunas propuestas clave:

a) Incorporación de peritos informáticos adscritos a los juzgados

La creciente utilización de tecnologías avanzadas, especialmente la inteligencia artificial (IA) y las técnicas de manipulación de contenido como los deepfakes, en el contexto judicial, ha evidenciado la necesidad de una adaptación significativa en el sistema legal español.

Una de las medidas más urgentes y efectivas para enfrentar estos desafíos es la incorporación de peritos informáticos adscritos a los juzgados, quienes estarán especializados en el análisis forense digital y en el manejo de herramientas relacionadas con la IA. A continuación, se profundiza en la importancia y el funcionamiento de esta propuesta.

Función y responsabilidad de los peritos informáticos

La función principal de los peritos informáticos adscritos a los juzgados sería examinar y verificar la autenticidad de las pruebas audiovisuales y de audio presentadas durante los procesos judiciales. La inclusión de estos expertos en el sistema judicial tiene varias implicaciones:

• Evaluación técnica imparcial: Los peritos proporcionarían un análisis técnico y objetivo sobre la autenticidad de las pruebas digitales, lo cual es esencial para que jueces y abogados puedan tomar decisiones informadas. Este análisis ayudaría a prevenir la aceptación de pruebas manipuladas que podrían comprometer la justicia.

• Adaptación continua al avance tecnológico: La presencia de peritos en IA en los juzgados facilitaría el desarrollo de un conocimiento especializado dentro del sistema judicial. Esto es fundamental, ya que el ámbito tecnológico avanza rápidamente y el sistema legal debe evolucionar paralelamente para poder abordar de manera efectiva los nuevos desafíos que surgen con cada avance.

• Fomento de la confianza en el sistema judicial: La incorporación de expertos en el análisis de pruebas digitales contribuiría a reforzar la confianza pública en la integridad del sistema judicial. La existencia de un procedimiento de verificación por expertos externos garantiza que las decisiones se basen en pruebas auténticas y verificadas, lo que aumenta la percepción de equidad en el proceso.

Establecimiento de protocolos de validación de pruebas digitales

Además de la incorporación de peritos, es fundamental establecer protocolos de validación de pruebas digitales. Estos protocolos deben contemplar un análisis exhaustivo y técnico de la autenticidad de los medios presentados en el proceso judicial. Los elementos clave de estos protocolos incluirían:

• Uso de software de verificación: Se debería implementar un software especializado para la verificación de contenido digital que permita a los peritos realizar un análisis exhaustivo de las pruebas presentadas. Este software debería ser desarrollado y validado por entidades competentes, asegurando su eficacia y fiabilidad.

• Análisis forense de metadatos: La revisión de metadatos asociados a archivos digitales es crucial para verificar su autenticidad. Este análisis puede revelar información sobre la creación, modificación y posible manipulación de los archivos, ofreciendo indicios sobre su validez como pruebas.

Detección de deepfakes: Las técnicas avanzadas de detección de deepfakes deberían ser parte integral del protocolo. A medida que esta tecnología evoluciona, también lo deben hacer las herramientas para su detección, garantizando que el sistema judicial cuente con los recursos necesarios para enfrentar estos nuevos desafíos.

Modificación de las normas de admisión de pruebas

La adaptación de las normas de admisión de pruebas en los procedimientos civiles y penales es otra medida necesaria. Dadas las peculiaridades de la tecnología digital, se propone que:

• Verificación previa a la admisión: En situaciones donde existan dudas razonables sobre la autenticidad de una prueba audiovisual, el juez debería tener la facultad de exigir una verificación realizada por un perito informático. Esta verificación podría convertirse en un requisito previo para la admisión de la prueba en el proceso.

• Criterios claros para la admisión: Las normas deben establecer criterios claros sobre cómo evaluar la autenticidad y relevancia de las pruebas digitales. Esto ayudaría a los jueces a tomar decisiones más informadas y basadas en criterios técnicos específicos, evitando que se admita evidencia potencialmente manipulada.

Creación de un Registro Nacional de pruebas audiovisuales verificadas

La propuesta de crear un registro nacional de pruebas audiovisuales verificadas es un paso adelante en la lucha contra la manipulación de pruebas:

• Base de datos confiable: Este registro actuaría como una base de datos donde se almacenarían todas las pruebas digitales que hayan sido examinadas y autenticadas por peritos en IA. De este modo, los jueces y abogados tendrían acceso a una referencia confiable, lo que facilitaría la comparación de pruebas en futuros casos.

• Facilitación de la revisión judicial: La existencia de un registro centralizado permitiría que, en caso de duda sobre una prueba, los magistrados puedan rápidamente consultar si esa prueba ha sido verificada anteriormente y cuál ha sido su resultado. Esto aumentaría la eficiencia del sistema y ayudaría a reducir la carga de trabajo de los juzgados.

Capacitación en nuevas tecnologías para jueces y abogados

Finalmente, es fundamental implementar programas de capacitación en nuevas tecnologías para jueces y abogados. Esta formación debería abarcar:

• Formación específica en IA y detección de deepfakes: Los jueces, fiscales y abogados deben recibir formación sobre cómo funcionan estas tecnologías y cómo pueden afectar la presentación de pruebas en el proceso judicial. Esto les permitirá interpretar las pruebas digitales de manera más crítica y con una comprensión clara de los riesgos asociados.

• Conciencia de los límites de la tecnología: Es crucial que los profesionales del derecho estén al tanto de las limitaciones inherentes a las herramientas tecnológicas, lo que les ayudará a formular estrategias adecuadas para la presentación y el análisis de pruebas.

Conclusión

La inteligencia artificial y las tecnologías de generación de contenido falso representan un reto significativo para el sistema judicial actual. La facilidad con la que se pueden crear pruebas falsas pone en riesgo la integridad de los procedimientos civiles y penales, amenazando derechos fundamentales y la equidad en el proceso judicial. La admisión de pruebas manipuladas podría llevar a decisiones judiciales erróneas y dañar la confianza de la sociedad en la justicia.

La creciente utilización de pruebas audiovisuales en los litigios civiles es un fenómeno que, aunque puede facilitar la resolución de conflictos, también conlleva riesgos significativos, especialmente con el uso de tecnologías como los deepfakes.

La posibilidad de que se presenten pruebas manipuladas sin una verificación adecuada no solo compromete la equidad del proceso, sino que también afecta la confianza pública en el sistema judicial.

Para garantizar que el sistema civil funcione de manera justa y efectiva, es esencial implementar medidas que validen la autenticidad de las pruebas digitales y que fortalezcan la integridad del proceso judicial.

Al hacerlo, no solo se protege a las partes involucradas, sino que también se preserva la esencia de la justicia en el sistema legal español.

La posibilidad de que pruebas manipuladas, como deepfakes, sean utilizadas en procedimientos penales plantea serios riesgos para la justicia y la integridad del sistema judicial.

La condena de personas inocentes y la absolución de culpables son consecuencias devastadoras que deben evitarse a toda costa. Para abordar estos desafíos, es esencial establecer regulaciones claras, desarrollar capacidades de detección efectivas y educar a los profesionales del derecho y al público sobre los riesgos asociados con las pruebas manipuladas.

Solo mediante un enfoque proactivo y ético se podrá salvaguardar la justicia en un entorno cada vez más influenciado por la tecnología.

La introducción de peritos informáticos, la implementación de protocolos de validación de pruebas, la creación de un registro de pruebas verificadas y la formación de jueces y abogados en IA son medidas esenciales para asegurar que el sistema judicial esté preparado para enfrentar esta nueva amenaza.

Al adoptar estas reformas, el sistema de justicia podrá proteger mejor los derechos de las personas y garantizar decisiones basadas en pruebas auténticas y verificables.

Estas iniciativas no solo asegurarían que la justicia se base en pruebas auténticas, sino que también fomentarían una cultura de confianza y transparencia dentro del sistema judicial.

Al adoptar un enfoque proactivo y adaptativo, el sistema legal puede estar mejor preparado para enfrentar los desafíos del futuro y garantizar que la justicia prevalezca en un mundo cada vez más digital.

La justicia debe evolucionar para aprovechar las ventajas de la inteligencia artificial, sin permitir que estas tecnologías socaven la confianza pública en la veracidad de las pruebas y en la equidad de los procesos judiciales.

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