La fiscalía federal que investiga la muerte del fiscal Alberto Nisman ratificó, en un dictamen oficial, que la causa de su deceso fue un homicidio vinculado a su trabajo en la Unidad Fiscal de Investigación del atentado a la AMIA (UFI-AMIA) y, particularmente, a su denuncia sobre la firma del Memorándum de Entendimiento entre Argentina e Irán en 2013.
A días de cumplirse una década del fallecimiento de Nisman, la Fiscalía en lo Criminal y Correccional Federal N° 2 emitió un documento detallando el estado actual de la investigación. Según el texto, «el fiscal federal Natalio Alberto Nisman fue víctima de un homicidio y su muerte estuvo directamente motivada por su labor en la UFI-AMIA, específicamente por su accionar vinculado al Memorándum de Entendimiento con Irán».
El fiscal a cargo de la causa, Eduardo Taiano, subrayó que se han solicitado nuevas medidas de prueba para continuar con la investigación. Entre las acciones más recientes, se incluyen la solicitud de registros telefónicos a diversas empresas para analizar comunicaciones que continúan surgiendo como parte de la trama de la causa.
El informe señala que las autoridades judiciales están trabajando para identificar tanto a los autores materiales como a quienes ordenaron el asesinato de Nisman, en base a la hipótesis que mantiene la fiscalía. Además, se hace especial hincapié en los vínculos entre los servicios de inteligencia argentinos y la investigación del atentado a la AMIA, una relación que se habría consolidado desde los primeros momentos de la causa, pero que cobró relevancia especialmente después de la creación de la UFI-AMIA por orden del entonces presidente Néstor Kirchner.
Una parte clave del informe se refiere al viraje en la política exterior de Argentina hacia Irán bajo la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, que incluyó la firma del polémico Memorándum de Entendimiento con Irán en 2013. La fiscalía señala que este cambio en la política nacional generó un conflicto con sectores de la Secretaría de Inteligencia, algunos de los cuales continuaron apoyando la investigación sobre el atentado a la AMIA, en contraposición con la línea oficial del gobierno.
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Asimismo, el informe menciona las investigaciones sobre la presunta fractura entre el gobierno y ciertos sectores de la inteligencia nacional durante esa época. Entre las nuevas pruebas que se están recolectando, figuran alrededor de 100 nuevas líneas telefónicas que serán analizadas como parte de un entrecruzamiento de comunicaciones clave para avanzar en el esclarecimiento de los hechos.
A pesar de que han pasado diez años desde la muerte de Alberto Nisman, la investigación sigue en curso con la esperanza de que las nuevas pruebas puedan aportar información fundamental para dar respuesta a la muerte de uno de los fiscales más importantes en la historia reciente de Argentina.