El gobierno de Estados Unidos propuso nuevas restricciones a la exportación de chips informáticos empleados en aplicaciones de inteligencia artificial (IA). Estas restricciones buscan limitar el acceso de naciones rivales a tecnologías avanzadas desarrolladas en Estados Unidos, bajo el argumento de preservar la seguridad nacional.
La propuesta, denominada oficialmente como “regulación final provisional sobre la difusión de la inteligencia artificial”, subraya la importancia de controlar la exportación de chips como una medida para asegurar el liderazgo económico y tecnológico de Estados Unidos. Además, la regulación tiene el objetivo de simplificar los procedimientos de concesión de licencias tanto para grandes como para pequeños pedidos de chips, así como de proporcionar directrices claras a las naciones aliadas sobre el uso beneficioso de la tecnología de IA.
Se alinea con las normativas anteriores de la Oficina de Industria y Seguridad (BIS) del Departamento de Comercio, que en octubre de 2022 emitió una regulación inicial enfocada en las exportaciones de artículos avanzados de computación y fabricación. Las modificaciones a esta regulación inicial se publicaron en octubre de 2023, como parte de un proceso de revisión y actualización de las restricciones aplicables.
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En un comunicado de prensa el gobierno indicó que la nueva regulación es resultado de un proceso de deliberación que se ha llevado a cabo durante los últimos diez meses y que se basa en las normativas previas. No obstante, debido al inminente cambio de administración, el futuro de esta propuesta regulatoria aún no es definitivo. Así, el gobierno de Donald Trump tendrá la tarea de evaluar los aspectos técnicos y legales de esta normativa antes de decidir su implementación o modificación.
“La inteligencia artificial se está convirtiendo rápidamente en un elemento central tanto para la seguridad como para la fortaleza económica. Estados Unidos debe actuar con decisión para liderar esta transición, garantizando que la tecnología estadounidense sirva de sustento para el uso global de la IA y que los adversarios no puedan abusar fácilmente de la IA avanzada. En las manos equivocadas, los sistemas de IA potentes tienen el potencial de exacerbar importantes riesgos para la seguridad nacional, incluso al permitir el desarrollo de armas de destrucción masiva, apoyar poderosas operaciones cibernéticas ofensivas y contribuir a abusos de los derechos humanos, como la vigilancia masiva”, señaló el gobierno del presidente Biden.