Con la juramentación de los jueces Alberto Borea, de Perú, y Diego Moreno, de Paraguay, esta mañana se dio el acto inaugural de Año Judicial 2025 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH).

La jueza Nancy Hernández, exmagistrada de la Sala Constitucional, tras la toma del juramento de Borea y Moreno pronunció un discurso en el que dijo que el 2024 fue un año “particularmente intenso” para la Corte IDH, con un “número sin precedentes de audiencias y opiniones consultivas”.

A ello se sumó la supervisión del cumplimiento de más de una centena de medidas de reparación, como la indemnización que el Estado chileno debió pagar a más de 800 profesores de la localidad de Chañaral, por violación a sus derechos humanos durante la dictadura derechista de Augusto Pinochet.

Hernández también observó que desde hace “varios años” se ha dado un “debilitamiento democrático” en la región, el cual ha incidido en que la Corte IDH haya recibido casos notorios sobre derechos políticos, como Capriles vs Venezuela o Gadea Mantilla vs Nicaragua.

Sin embargo, Hernández también destacó que en materia de género, este tribunal cuenta con una “sólida jurisprudencia en torno a las obligaciones de Estados” y que en casos de femicidios se ha señalado la “imperiosa necesidad de una adecuada perspectiva de género en todas las actuaciones judiciales y administrativas”, para lo cual “se establecieron directrices claras”. Añadió que por primera vez la Corte IDH se pronunció respecto a la violencia contra las mujeres en el ámbito familiar.

También mencionó el sonado caso Beatriz, como uno de “violencia obstétrica”, que definió como violencia de género ejercida durante el embarazo, el parto e incluso después.

Hernández adelantó además que se trabajará en una reforma al reglamento de tramitación interna de casos.

La jueza dijo que “resulta imprescindible” consolidar dentro del marco instituciones democráticas el “régimen de libertad de las personas y justicia social”. “La libertad económica es crucial”, pero “no puede sostenerse por si sola ni ser la solución única” a las complejas realidades sociales.

Tras llamar a respetar la división de poderes, dijo que actualmente “la libertad es amenazada por el populismo en múltiples formas”, que a menudo “instrumentaliza el lenguaje de la democracia y la libertad”.

En un irónico chiste del destino, tras esas palabras de Hernández el público presente y el que seguía la transmisión debió endurar un discurso en el que Rodrigo Chaves, fiel a su estilo, habló sobre el avance de su proyecto político, ya con aires electorales.

Así, Chaves habló de “nuestro compromiso histórico e inquebrantable con los derechos humanos”, o de “las estructuras que han sido creadas aun en democracia que perpetúan la desigualdad y la injusticia”, para terminar discurriendo sobre “pensiones de lujo”, el proyecto de ley que con bombos y platillos montó al respecto y su intención de consultarlo a la Corte IDH.

Finalmente intervino Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien celebró que la Corte IDH “ha generado estándares de protección que los estados han adoptado”, pero observó que ese tribunal y en realidad el Sistema Interamericano de Derechos Humanos fueron diseñados para atender “violaciones a los derechos humanos que son responsabilidad del Estado”, pero “hoy las principales violaciones a los derechos humanos no provienen del Estado, las principales masacres, secuestros, asesinatos de activistas o periodistas provienen del crimen organizado”; un tema obviado por Chaves.

Almagro dijo que por ello es necesario “profundizar los mecanismos de protección de los derechos humanos por parte del Estado”.