Un Tribunal de Carolina del Norte (Estados Unidos) rechazó la solicitud de desestimación presentada por NASCAR, en el marco de la demanda antimonopolio que los equipos 23XI Racing y Front Row Motorsports presentaron en su contra. En su decisión, el magistrado asumió que los demandantes habían formulado suficientes alegaciones para sostener una o más reclamaciones bajo la legislación antimonopolio, por lo que el litigio deberá continuar su curso.
En su argumentación, el juez señaló que la determinación sobre la existencia de pruebas y su impacto en la resolución del caso no puede ser establecido en la etapa de una moción de desestimación. En este sentido, afirmó que la evaluación de la evidencia, así como la credibilidad de los testigos, deberán efectuarse en el marco de un juicio o, en su defecto, mediante una eventual resolución entre las partes o por decisión del Tribunal.
Asimismo, el Tribunal rechazó la solicitud de NASCAR de exigir a los equipos demandantes la consignación de una fianza que garantizara las posibles ganancias obtenidas en virtud del Acuerdo de Carta de 2025. El juez argumentó que NASCAR no demostró de manera específica cómo se vería afectada económicamente en caso de que los demandantes resultaran favorecidos en el litigio. No obstante, se dejó abierta la posibilidad de que la parte demandada reclame daños y perjuicios en caso de obtener un fallo favorable en la etapa final del proceso.
Cabe recordar que, en una resolución previa emitida en diciembre de 2024, el Tribunal falló a favor de los equipos demandantes, permitiéndoles mantener sus estatutos mientras se desarrolla el proceso judicial, ordenando a NASCAR aprobar la compra de un tercer estatuto. Posteriormente, NASCAR interpuso un recurso para retrasar la aplicación de ciertos aspectos de la medida cautelar, el cual fue rechazado.
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En la audiencia más reciente, NASCAR alegó que la medida cautelar concedida a los demandantes les otorgaba un beneficio económico injustificado, al permitirles retener ingresos percibidos en virtud de la misma. En respuesta, los equipos alegaron que no existe un perjuicio tangible para NASCAR, mientras que la parte demandada sostuvo que cualquier beneficio obtenido por los equipos, incluyendo el uso de sus marcas e imágenes, habría sido el mismo si hubieran competido bajo otra modalidad dentro del campeonato.
Front Row Motorsports y 23XI Racing, de propiedad del exbasquetbolista Michael Jordan, interpusieron una demanda en contra de NASCAR y su director ejecutivo, alegando la existencia de prácticas contrarias a la normativa antimonopolio. En su reclamación, las partes demandantes sostienen que NASCAR opera arbitrariamente al ejercer un control significativo sobre la adquisición de servicios de los equipos que participan en sus competiciones. Según la demanda, esta estructura contractual impone condiciones restrictivas que limitan la capacidad de los equipos para negociar términos más favorables.
Así, se señala que NASCAR establece un sistema de estatutos que rige la participación de los equipos en sus competiciones. Dichos estatutos les otorgan un derecho de entrada garantizado a los eventos sancionados por la organización. No obstante, también contienen cláusulas que restringen su capacidad para participar en otras series automovilísticas y que exigen la renuncia recíproca de acciones legales entre las partes.
Por su parte, NASCAR aduce que los contratos de alquiler de estatutos constituyen acuerdos negociados que confieren a los equipos un activo transferible con valor económico. Asimismo, sostiene que estos contratos contribuyen a la estabilidad y promoción de la competición, al garantizar la presencia de los equipos en los eventos programados. NASCAR compara estructura esta con los compromisos contractuales del PGA Tour, que establecen la obligación de participación de los golfistas en determinados torneos. De acuerdo con la organización, esta previsibilidad es fundamental para la comercialización de derechos televisivos y la atracción de patrocinadores.