Un nuevo precedente en materia de derechos de autor y entrenamiento de la inteligencia artificial se dio a conocer en Estados Unidos, cuando el juez Bibas de la Corte del distrito de Delaware se pronunció en el litigio que enfrenta a la empresa Thomson Reuters contra la firma Ross Intelligence.
El conflicto que ya lleva algunos años en trámite se generó luego de que la compañía Ross que tiene una herramienta de investigación legal que utiliza inteligencia artificial buscara entrenar a su IA con la base de datos de Thomson Reuters, quien a su vez es propietaria de Westlaw, otra plataforma de ese estilo.
Como Westlaw acumula jurisprudencia, regulaciones, y contenido editorial sobre derecho, Ross intentó licenciar el uso de esa base de datos, pero Thompson Reuters se negó, lo que llevó a la primera a tratar de acceder a esa información de otra forma.
Fue entonces que llegó a un acuerdo con otra empresa llamada LegalEase para conseguir “memos” (Bulk memos), es decir compilaciones de preguntas legales y sus respuestas que la firma había generado a través de abogados que las escribían basándose en las notas (headnotes) que Westlaw producía, donde seleccionaba los puntos clave sobre una ley o un caso.
Con esos memos, Ross entrenó a su IA que a su vez competiría contra Westlaw, por lo cual cuando Thompson Reuters se enteró los demandó por violación de derechos de autor por haber copiado sus notas.
Si bien en 2023 el juez se había pronunciado con un fallo sobre mociones de juicio sumario en el cual había denegado gran parte de los planteos de la actora y decidió someterlo a un jurado, en una nueva resolución dictada esta semana, el magistrado reconoció que cambió de postura y otorgó un fallo sumario a favor de Thompson Reuters, eliminando la necesidad de que el jurado se pronuncie sobre la infracción directa de derechos de autor y la defensa de uso justo utilizada por Ross.
En esta nueva decisión, el juez considera que los “headnotes” de la actora tenían suficiente originalidad para ser protegidos y que Ross utilizó 2243 de ellos sin permiso para entrenar a su IA.
Entre las defensas rechazadas sobre este punto, el magistrado considera que no podía tratarse de un uso inocente porque Westlaw indicaba claramente sus derechos de autor, tampoco de un “uso justo” porque el uso que le dieron no era transformativo sino comercial y en competencia directa. También se descartó que la actora usara sus derechos de autor de manera anticompetitiva y tampoco era aplicable la doctrina del “merger” ni la de “Scenes a faire”.
La doctrina de fusión (merger) se aplica cuando una idea y la expresión de esa idea son inseparables, siendo que el derecho de autor aplica sobre la expresión de esta, Ross se defendió alegando que los headnotes de Westlaw solo aplicaban las mismas ideas legales que las opiniones judiciales por lo cual existía una fusión con la idea y no era protegible, sin embargo, se descartó porque esos headnotes no eran la única forma de expresar una idea legal, ergo no había “fusión”.
La doctrina de la “Scenes a faire”, hace referencia a una expresión francesa sobre las escenas obligatorias e indispensables, lo que en derechos de autor equivale a elementos comunes en un determinado contexto y que no pueden ser protegidos. En el caso Ross se defendía alegando que los headnotes y el sistema de número clave (Key number system) que utilizaba Westlaw simplemente era una forma de organización lógica que cualquier investigación jurídica utilizaría, lo que fue rechazado por el magistrado al entender que esa no es la única forma de organizar ideas, siendo una decisión editorial creativa y protegible la de la actora.
Cambios de postura respecto al 2023:
En el nuevo pronunciamiento, el tribunal modificó el criterio respecto de que los “headnotes” son suficientemente originales y creativos para ser protegidos al requerir una selección y síntesis de la información legal de un caso, mientras que en 2023 entendió que podía cuestionarse porque se parecían a las fallos que resumían, que no eran protegibles.
En la anterior oportunidad también se ponderó que el jurado debía revisar si había un uso justo del material porque estaba transformado por Ross. No obstante, en la nueva revisión concluyó que no era transformativo porque la herramienta de búsqueda legal de Ross tenía el mismo propósito que Westlaw y que la copia se utilizó para competir y no para innovar, dándosele un uso comercial que afectaba a Westlaw.
Bibas también consideró que el jurado debía revisar caso por caso para ver si los Bulk Memos de Ross copiaban directamente a los Headnotes de la actora, pero tras revisar 2830 headnotes entendió que al menos 2243 eran copias evidentes que ningún jurado diría lo contrario y concedió un fallo sumario al respecto en favor de la actora.
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Las diferencias también se dieron en cuanto al criterio fijado sobre el valor de la base de datos para el entrenamiento de la IA. En 2023, el magistrado sostuvo que no era certero que exista un mercado para vender ese material para entrenamiento, lo que podría influir en la doctrina del uso justo, sin embargo, en 2025 aceptó que existe un mercado para este tipo de información con el desarrollo de la IA por lo cual el uso que hizo Ross de los headnotes podía perjudicar los intereses comerciales de Thompson Reuters, ya que la demandada podía haber creado su propio contenido sin copiar el material protegido.
El caso continuará en juicio sobre algunos temas como los headnotes cuya infracción aún no se define, o cuyos derechos de autor no siguen vigentes, así como también sobre la responsabilidad indirecta de Ross al contribuir o facilitar que LegalEase infrinja los derechos de autor para crear los memos, y finalmente la posible infracción vicaria de derechos de autor, que se refiere a la posibilidad que tenía Ross de detener que se continue infringiendo esos derechos y no lo hizo por beneficiarse de la infracción.
Vea sentencia Thomson Reuters Enterprise Centre GMBH and West Publishing Corp.