Por Cristóbal Marcelo Salinas Rodríguez, U. Chile

La famosa escritora y teórica política alemana, posteriormente nacionalizada estadounidense, Hanna Arendt, publica en 1963 su obra titulada: “ Eichmann en Jerusalén: La banalidad del mal”. La historia se sitúa alrededor del juicio que estaba siendo llevado en Jerusalén en 1961 por la corte israelí en contra de Adolf Eichmann, oficial en el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial, acusado de ser un criminal de guerra y uno de los artífices del holocausto, el cual se encontraba en Argentina dentro del anonimato pero fue capturado por el servicio de espionaje israelí en 1960.

Esta obra va más allá del proceso llevado en contra Eichmann. Por una parte, se nos presenta una crónica de los distintos pasos llevados por los nazis para la concretización de la “solución final”, no dejando a indiferente a nadie, dado que nos explica que para llevar acabo este plan se necesito de la cooperación de gobiernos, como de autoridades judías de la época.

Por otra parte, Arendt realiza un análisis del proceso llevado contra Eichmann, donde nos da una revisión fría de las pruebas presentadas en su contra, llegando a la conclusión de que en realidad Eichmann solo era un burócrata, que actuaba sin cuestionarse ni en el más mínimo las instrucciones recibidas. Además, Arendt critica el juicio, dado que lo considera un juicio arreglado y dirigido por razones políticas, no cumpliéndose para la autora el concepto de “juicio justo”.

En la parte final del libro se realiza una serie de valoraciones filosóficas sobre la sentencia (pena de muerte para Eichmann) y la posibilidad de la justicia universal. En esta parte del libro se nos presenta varias reflexiones por parte de la autora, las cuales le valieron una serie de críticas por su mirada marcadamente racionalista, siendo acusada hasta de justificar a Eichmann en sus actos, y de dañar a la comunidad judía, siendo ella también judía.

Una de la obras imprescindibles para entender y estudiar el fenómeno del holocausto, y la necesidad de un principio universal de un debido y justo proceso.