El expresidente de El Salvador, Mauricio Funes, fue condenado a 14 años de cárcel por los delitos de agrupación ilícita e incumplimiento de deberes, a raíz de la tregua que pactó con las pandillas durante su mandato. Junto a él también fue condenado David Munguía Payés, ex uniformado que sirvió como ministro de Justicia y Seguridad en su gobierno, quien deberá cumplir una pena de 18 años tras las rejas.
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Desde 2012, Funes mantuvo negociaciones secretas con los líderes de las principales bandas criminales del país que coincidió con una baja de los homicidios, lo cual le valió el reconocimiento internacional de la Organización de Estados Americanos (OEA). No obstante, en 2016 fue acusado por la fiscalía debido a que no pudo acreditar la procedencia de un patrimonio avaluado en U$700.000 dólares.
Según la investigación llevada a cabo por el persecutor, Funes realizó favores a agrupaciones criminales como la Mara Salvatrucha (MS13) y Barrio 18, conocidas por su crueldad y poder. Así, concedió beneficios a sus líderes encarcelados e impulsó la inversión pública en las zonas bajo su dominio. También habría disminuido deliberadamente la presencia policial en estos lugares.
Sin perjuicio de lo anterior, el ex mandatario fue condenado in absentia, pues desde 2016 reside en Nicaragua, en virtud del asilo político que le concedió el dictador Daniel Ortega. Hasta el momento no se ha pronunciado sobre el fallo que el Tribunal Especializado de Sentencia de San Salvador dictó en su contra. Cabe señalar que una reforma legislativa, aprobada en 2022, permite a los tribunales de El Salvador continuar con los procesos penales, aun sin la comparecencia del imputado, con el fin de evitar la impunidad.
El fallo fue dictado en medio de la controvertida guerra que el presidente Nayib Bukele está llevando a cabo contra las agrupaciones criminales de su país, cuyas consecuencias han sido cuestionadas por los organismos de derechos humanos.