Políticas y decisiones públicas – algunas desacertadas y otras deliberadas – conducen al sistema de salud privado a una crisis que augura su desplome. Los perjudicados seremos nosotros, los chilenos, que terminaremos todos atendiéndonos en un sistema de salud estatal deficitario y colapsado. Temo que de eso se trate, provocar la caída de los prestadores privados para imponernos la “igualdad sustantiva” en materia de salud, esto es, ser todos parte de un único y obligatorio sistema estatal de salud, en el cual todos seremos “igualmente” mal atendidos y sin posibilidad de elegir.
Pero hay esperanzas: la nueva Constitución que se nos propone será un dique para el dogma socialista de la “igualdad sustantiva”. Apoyémosla.
Francisco Bartolucci Johnston
Abogado