El Sindicato Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM) presentó quejas formales contra Arabia Saudita ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de las Naciones Unidas, denunciando que más de 21.000 trabajadores migrantes han sufrido toda clase de vejámenes en este país durante los últimos 10 años. Estos abusos habrían sido perpetrados principalmente por dos empresas sauditas.
Según las denuncias de la ICM, los trabajadores migrantes en Arabia Saudita han enfrentado condiciones de trabajo y vida comparables al trabajo forzoso, que incluyen la retención de salarios y documentos de identidad, exceso de horas extras, y amenazas e intimidaciones. Además, la prohibición de acciones industriales en el país ha exacerbado estas violaciones.
Ambet Yuson, Secretario General de la ICM, enfatizó la necesidad de que Arabia Saudita compense a los trabajadores migrantes afectados y establezca mecanismos para prevenir futuros abusos. Las violaciones documentadas infringen el Convenio sobre trabajo forzoso y el derecho a la libertad de asociación y negociación colectiva de la OIT, de la cual Arabia Saudita es miembro. Grupos de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch también han expresado su apoyo a la protección de los derechos de los trabajadores migrantes en el país.
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Este no es el primer caso de preocupación internacional respecto a los derechos humanos en Arabia Saudita. En abril de este año, un gran número de ONG alertó sobre la inminente ejecución de jóvenes por crímenes supuestamente cometidos cuando eran menores, destacando las desapariciones forzadas, el confinamiento solitario prolongado y diversas formas de tortura como violaciones graves de los derechos humanos.
Estas acciones y denuncias subrayan una problemática continua y preocupante respecto a los derechos laborales y humanos en Arabia Saudita, que requiere una atención y solución urgente por parte de la comunidad internacional y las autoridades saudíes.
“El documento examina la violación de los derechos y las malas condiciones laborales de los trabajadores migrantes en Arabia Saudita que indican los peligros del trabajo forzoso. Aunque las condiciones y la protección de los derechos de los ciudadanos sauditas son mucho mejores que las de los inmigrantes, a sus ciudadanos también se les impide disfrutar de algunos derechos humanos, especialmente la libertad de expresión y la libertad de asociación. El ejercicio de esos derechos podría ser juzgado como delito o delitos”, señala el texto.