Escocia implementó la incorporación de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN) a su legislación nacional, convirtiéndose en el primer país del Reino Unido en hacerlo. La Ley de Incorporación de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño de 2024 formalizó este paso. Si bien la ley fue aprobada por unanimidad por el Parlamento escocés en 2021, aunque posteriormente enfrentó una revisión judicial.
El Tribunal Supremo del Reino Unido dictaminó que ciertas disposiciones excedían la competencia legislativa del Parlamento escocés. A raíz de este fallo, se presentó y aprobó un proyecto de ley modificado en febrero de 2024.
La nueva legislación impone a todas las autoridades públicas en Escocia, incluido el gobierno escocés, una obligación legal de proteger los derechos de los niños conforme a la CDN. Las decisiones políticas deben considerar estos derechos, ya que cualquier omisión podría resultar en una contravención de la Convención. Además, la ley otorga a los niños y jóvenes la capacidad de recurrir a los tribunales para hacer valer sus derechos, incluyendo el derecho a un trato justo, a la educación, a la salud y a la protección contra la explotación.
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Para facilitar el cumplimiento de las obligaciones derivadas de la ley, el gobierno escocés ha publicado una guía reglamentaria dirigida a los responsables de su aplicación. Esta legislación se enmarca dentro de una serie de normativas adoptadas recientemente en Escocia que buscan reforzar el bienestar y los derechos de los niños, tales como la Ley de Niños y Jóvenes de 2014 y la Ley de Niños de 2020, las cuales establecen un marco jurídico para la protección y el bienestar de los menores de edad.
“Espero que la Ley de Incorporación de la Convención sobre los Derechos del Niño (Escocia) que entra en vigor hoy transmita a los niños y jóvenes el mensaje de que viven en un país que aspira a respetar sus derechos humanos. Sin embargo, hoy no es el punto final, sino solo el comienzo del siguiente paso en el camino de Escocia hacia los derechos humanos. Escocia pasa ahora de la incorporación a la implementación y esta es una oportunidad para que los responsables de la toma de decisiones aborden las cuestiones de derechos humanos que afectan a los niños y jóvenes y creen una cultura en la que sus derechos y su participación significativa ocupen un lugar central en la toma de decisiones”, expresa un comunicado del gobierno.