Por alguna razón al público que asiste a la Quinta Vergara para el festival de Viña le llaman “El Monstruo”. De este modo, le han reconocido una suerte de entidad propia, como si siempre fuera uno y el mismo, a un público que está compuesto de diferentes individuos que asisten al Festival. Por supuesto, algunos asisten para pasarla bien y otros, queda en evidencia año tras año, para que no les quiten el apodo.
El día de ayer se presentó en el Festival el comediante venezolano George Harris. Desde hace semanas diferentes medios de comunicación chilenos habían estado envolviendo su participación en una supuesta «polémica» que, en realidad, no existía. Se trataba de un artista internacional contratado para actuar en un show internacional como tantos otros.
Sin embargo, se empeñaron las personas responsables de contenidos de esos medios y redes sociales de crear para sí mismos (para su tráfico y sus números) la “polémica”. Lamentablemente, tal empeño caló en el público y hoy se evidencia en los cientos de mensajes y memes que hay sobre la participación de George Harris.
Muchos escudan sus comentarios en que la rutina fue «fome» (y tal vez sí). Sin embargo, lo cierto es que nadie puede disfrutar de un espectáculo al que ha ido con predisposición. “El Monstruo» desde hace semanas anunciaba un abucheo para el comediante. La rutina era lo de menos. Esa parte del público no quería a Harris en el Festival y los contenidos difundidos en los últimos días, y que hoy seguimos viendo en medios y redes sociales, revelan que no lo querían por su nacionalidad, es decir, por ser venezolano.
Esto revela al menos dos cosas: 1. Que el discurso de odio contra la migración venezolana ha calado muy hondo en una parte de la sociedad chilena; y 2. Que el carácter de internacional del Festival es incompatible con la actitud de personas que dejaron de entender lo que ello significa (hospitalidad, fraternidad, respeto).
A pesar del ambiente cada vez más tenso que se vive respecto de la migración en Chile, sigo confiando en que los buenos somos más, en que el chileno amable, compasivo y hospitalario terminará imponiéndose no solo a “El Monstruo” de la Quinta Vergara, sino a cada uno de los monstruos que habitan entre nosotros, esto es, los del odio, de la discriminación, de la xenofobia, del nacionalismo exacerbado y el de la falta de empatía.
Personas que tienen en su memoria el haber sufrido revoluciones, dictaduras y emigraciones forzadas, seguro están capacitadas para practicar humanidad y respeto hacia otras personas que, como los venezolanos de hoy, están viviendo las horas más oscuras de su historia. Confío en que la razón y la bondad impedirán que el día de mañana Chile sea recordado como “El Monstruo” que agravió injustamente a seres humanos por tener nacionalidad venezolana.
Mayerlin Jhoany Matheus Hidalgo
Abogada
Especialista en Derecho Administrativo
Magíster en Investigación Jurídica