La reciente implementación de la ley de reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales ha generado un importante debate en materia de equidad de género. Si bien esto representa un avance significativo, es decisivo considerar su efecto en la doble jornada laboral que enfrentan las mujeres, especialmente aquellas del sector informal.
Entonces, ¿Qué pasa con la doble jornada laboral de la mujer? Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (ENE, trimestre abril-junio 2022), la tasa de ocupación informal es de 28,2% para las mujeres y 26,3% para los hombres, evidenciando una brecha de género levemente desfavorable para las mujeres en la tasa de ocupación informal. Este fenómeno se da producto de la doble jornada laboral. Este fenómeno conocido como ‘’doble presencia’’ o ‘’jornada indeterminable’’, término acuñado por la Profesora Española Margarita Ramos Quintana, quien lo define como un supuesto caracterizado por la ausencia de varones en las actividades domésticas. Esto lo vemos reflejado en nuestro mercado laboral, el cual muestra un comportamiento caracterizado por una clara diferenciación basada en el género, lo que se traduce en una asimétrica responsabilidad de cuidados que asumen los hombres y mujeres, produciéndose esta dinámica de doble jornada.
La ley de reducción de jornada laboral incorporó aspectos de corresponsabilidad, lo que se refleja en los permisos de cuidado y en horarios que visibilizan las labores del hogar. Estas medidas sin duda permiten a las mujeres una mejor redistribución equitativa de las tareas domésticas. Sin embargo, aún queda mucho trabajo por hacer para regularizar de manera óptima esta situación. Para perfeccionar esta ley, y futuras leyes que busquen regular esta materia, es fundamental: Generar un diálogo social que permita reconocer el valor del trabajo de cuidados no remunerado, con el propósito de implementar mecanismos efectivos para redistribuir la carga laboral de las mujeres. Incorporar el derecho a los cuidados en las políticas organizacionales, creando modalidades de trabajo flexibles para las mujeres que, a su vez, permitan aumentar los niveles de productividad empresarial. Avanzar hacia una equiparación de derechos parentales entre mujeres y hombres, fomentando una corresponsabilidad en la paternidad a través de incentivos y regulaciones específicas.
En esa misma línea, no podemos no reconocer que la reducción de la jornada laboral constituye un gran avance en esta materia para lograr una organización equilibrada en los tiempos de trabajo. Sin embargo, es imperativo seguir implementando medidas de conciliación entre las responsabilidades laborales y familiares, con el fin de alcanzar una verdadera equidad de género en el ámbito laboral.
Romina Alondra Chantal Saavedra Castillo