En agosto del año pasado, tuve el privilegio de ser recibido junto a mis compañeros de la Universidad San Sebastián por el Presidente Sebastián Piñera en su oficina. Durante nuestro encuentro, le planteamos la pregunta crucial sobre si valía la pena para nosotros, jóvenes, seguir el camino del servicio público. Su respuesta fue contundente y clara: «El hombre encuentra su máxima realización en el servicio a los demás». Esta frase resonó profundamente en mí y me hace reflexionar sobre su grandeza, ya que, a pesar de haber terminado su segundo gobierno con muy baja popularidad y con críticas completamente despiadadas y desproporcionadas de derecha e izquierda, seguía considerando que valía la pena aportar desde lo público.
La pérdida de este líder, injustamente tratado en muchas ocasiones, entrega justicia, en el sentido de que hoy todo un país ve las virtudes que antes no valoraba. El legado del Presidente, es el de una persona con una profunda vocación de entendimiento que permite construir puentes, creer en las personas, independientemente de su afiliación política.
El gobernó con la convicción de que su labor debía beneficiar a todos los chilenos y no sólo a su sector. Eso lo convierte en el Piñera de todos. Nosotros los jóvenes que compartimos esa tarde con el Presidente, no lo olvidaremos nunca y honraremos su legado siendo respetuosos, tolerantes e inclusivos.
José Manuel Parra Franco
Estudiante U. San Sebastián