Con motivo de las elecciones al Parlamento Europeo celebradas el fin de semana pasado en los países que en ese continente forman la Unión Europea, he tenido la oportunidad de revisar algunos diarios del viejo mundo y comprobar como la prensa y dirigentes políticos se refieren al espectacular avance de las ideas conservadoras como el triunfo de la “extrema derecha”, para así desprestigiar a las colectividades que han avanzado en votación y en escaños a la Euro Cámara.
Así, las tendencias de izquierda y el progresismo europeo se niegan a dimensionar el fenómeno político y cultural que hay detrás del avance de la derecha en casi todos los países de la Unión – España, Italia, Alemania, Francia, Bélgica, Austria, Países Bajos, Portugal y Polonia entre otros, son algunos en los que se sintió con toda fuerza la “sacudida política” del fin de semana – y asilan su derrota con la gastada descalificación de que avanza la “ultra derecha”.
“Las elecciones europeas se suelen decidir por temas nacionales más que europeos” señalan analistas expertos, y no cabe duda que situaciones complejas como el desempleo la economía en receso, la inmigración desatada, la inseguridad y la incertidumbre han hecho que los electores europeos variaran hacia posiciones político-culturales más estrictas buscando la solución de estos flagelos, cansados ya de las políticas de izquierda a las que sindican ser los responsables de tales aflicciones.
Bien haría la izquierda y el progresismo chileno en tomar debida nota, ya que en nuestro país están dadas las condiciones para que en las próximas elecciones se produzca también una “sacudida política”.
Francisco Bartolucci Johnston.