La reciente promulgación de la Ley 21.675, que establece medidas para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en razón de su género, representa un paso adelante significativo para Chile en la protección de los derechos de las mujeres. En un contexto en el que la violencia de género sigue siendo una lacra en nuestra sociedad, esta nueva legislación ofrece un enfoque integral y robusto para enfrentar este grave problema.
La Ley 21.675 abarca una amplia gama de formas de violencia, desde la física y psicológica hasta la económica y simbólica. Al reconocer y tipificar estas diversas manifestaciones de violencia, la ley se posiciona como una herramienta esencial para asegurar que ninguna mujer quede desprotegida. Este enfoque integral es crucial para abordar las múltiples dimensiones de la violencia de género y asegurar una protección efectiva para todas las mujeres.
Uno de los aspectos más destacados de esta ley es su firme compromiso con la prevención. La implementación de capacitaciones y campañas de sensibilización dirigidas a la ciudadanía y a los funcionarios públicos es un paso necesario para cambiar las actitudes y comportamientos que perpetúan la violencia de género. Al incluir la perspectiva de género en los planes educacionales, se garantiza que las futuras generaciones crezcan con una mayor conciencia y rechazo hacia la violencia.
Además, la ley establece medidas concretas de protección y atención para las víctimas, proporcionando servicios de acompañamiento psicosocial y protocolos de actuación en diversos ámbitos, como el educativo y laboral. Estas medidas no solo buscan proteger a las víctimas, sino también empoderarlas, permitiéndoles acceder a la justicia y recibir la reparación que merecen. Este enfoque centrado en la víctima es fundamental para garantizar que las mujeres puedan reconstruir sus vidas con dignidad y seguridad.
La creación de la Comisión de Articulación Interinstitucional para Abordar la Violencia de Género, liderada por el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, es otra innovación crucial de esta ley. Esta comisión asegura una coordinación efectiva entre las distintas instituciones del Estado, promoviendo una respuesta integral y coherente frente a la violencia de género. La colaboración interinstitucional es vital para abordar un problema tan complejo y arraigado como la violencia contra las mujeres.
Es importante destacar que la Ley 21.675 no solo se enfoca en la protección inmediata de las víctimas, sino que también busca un cambio cultural a largo plazo. Al promover una cultura de igualdad y respeto, y al condenar firmemente todas las formas de violencia, esta ley sienta las bases para una sociedad más justa y equitativa. La erradicación de la violencia de género requiere un compromiso sostenido y la participación activa de toda la sociedad, y esta ley es un paso significativo en esa dirección.
Desde una perspectiva jurídica, la Ley 21.675 refuerza el marco normativo existente y reafirma el compromiso del Estado chileno con la defensa de los derechos humanos y la equidad de género. Su promulgación es un claro mensaje de que la violencia de género no será tolerada y de que todas las mujeres tienen derecho a vivir una vida libre de violencia y discriminación.
En conclusión, la Ley 21.675 es una herramienta poderosa que, si se aplica de manera efectiva, contribuirá significativamente a la erradicación de la violencia de género en Chile. Es un avance crucial que merece ser celebrado y apoyado por toda la sociedad. Esperamos que su implementación sea rigurosa y que cumpla con sus prometedores objetivos, para que todas las mujeres en nuestro país puedan vivir con la dignidad y seguridad que merecen.
Samuel Pallotta Pardo