Hay violencia en los colegios, en el espacio de trabajo y convivencia diaria de miles de docentes. La violencia vulnera e impide desarrollar la labor educativa en ambientes escolares saludables.
Violento es que no se haga absolutamente nada y se deje todo en manos de las comunidades educativas. Violento es que las autoridades no tomen medidas concretas y aseguren una sana convivencia escolar. Violento es que los profesores y profesoras de Chile se tengan que hacer cargo solos, sin los apoyos y herramientas necesarias, cuando lo que ocurre en los colegios no es sólo responsabilidad suya, sino de una sociedad marcada día a día por hechos violentos que la autoridad no condena, sino que avala como medio de expresión y manifestación. Violento es no tener una política educativa que enfrente el problema de raíz y que asegure educación preventiva para los docentes, asistentes de la educación, estudiantes, padres y apoderados. Violento es que las autoridades actúen siempre tarde. Esto si que es violento.
Tamara Constanzo
Profesora