El artículo 295 del CPP no exige número ni tipo de prueba determinado como tampoco limita los tipos de medios de prueba a presentar y menos restringe los hechos sobre los cuales puede referirse.

Lo que la Corte debe dilucidar consiste únicamente la forma en que la sentencia cuestionada apreció la prueba y no el mérito de la misma, pues este último examen, es propio de una apelación.

Se trata de una sanción principal que cuenta con una regulación específica, dada por la norma del artículo 196 de la Ley 18.290 que, no considera rebaja.

La presencia de los principios activos de la sustancia de rigor es suficiente para calificarla como aquellas que constituyen el objeto material del delito de tráfico ilícito de drogas.

La situación planteada encuadra precisamente en la hipótesis descrita por el artículo 7 del Código Penal, por lo que debe sancionarse con una pena inmediatamente inferior en un grado.

La ley castiga una conducta que realmente genere un riesgo para la salud pública, por lo que no sanciona simplemente la infracción formal a las reglas de salubridad que el MINSAL hubiere publicado.

El olor a marihuana permite que un control vehicular mute a un control de identidad.

Si un perro del O.S.7 “Frosty” detecta la presencia de drogas durante la fiscalización vehicular, es un indicio válido y suficiente para proceder al control de identidad.

Condenar al acusado con ocasión de pasta base húmeda sin poder ser consumida, no configura una errónea aplicación del derecho como causal de nulidad, ya que la peligrosidad debe ser valorada por los jueces de grado.

Si no se demuestra que el imputado sufrió malos tratos por parte de Carabineros para realizarle exámenes corporales, no se puede considerar la prueba ilegal.