Por: Diario Constitucional         

A pocos días del inicio de actividades de la Comisión de Expertos, los 24 miembros del órgano alistan los primeros detalles con el objetivo de discutir temas en búsqueda de consensos. De esta manera miembros de diferentes partidos repasarán lo que consideran son temas prioritarios.

En esta ocasión, el Experto Alexis Cortés se refirió a lo que él considera es importante tener en cuenta al crear un borrador constitucional, al igual de lo que espera mantener o modificar de la pasada propuesta de la Convención.

¿Qué materias de la Constitución vigente mantendría en una nueva propuesta?

 «Si bien, en lo esencial, la Constitución del 80 marca una ruptura con la tradición constitucional previa, hay aspectos de continuidad. Tal es el caso del reconocimiento de que e Estado posee el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas. En mi opinión hay que preservar esa orientación soberana en relación con los recursos naturales, asegurando, no obstante, que la ley no se desvíe de ese espíritu, por ejemplo, con concesiones prácticamente perpetuas. Además, es de esperar que haya amplio acuerdo en mantener instituciones de larga tradición republicana, como la Contraloría General de la República o el Tribunal Calificador de Elecciones.

¿Cuáles son urgentes modificar y/o derogar?

«Lo prioritario es empezar a darle forma, ya en el anteproyecto, al Estado Social y Democrático de Derecho, eso implica dejar de lado la lógica subsidiaria que atraviesa a la actual Constitución, particularmente en lo que respecta a la provisión de derechos. Correspondientemente implica relevar el carácter garante del Estado para la realización de los derechos sociales que se definan como básicos. También es fundamental avanzar en mecanismos de participación que profundicen y amplíen nuestra base democrática».

¿Qué idea, institución o principio rescata de la fallida propuesta constituyente de 2022?

«Hay mucho que se puede rescatar, tanto que algunas de las bases constitucionales ya incorporan principios fundantes del proceso anterior como la soberanía residente en el pueblo o el Estado Social y Democrático de Derechos. Este principio es la más notable conquista del largo proceso constituyente. Por lo mismo, rescataría el reconocimiento de los derechos sociales como un piso irrenunciable, con esto me refiero tanto a los clásicos  como a las innovaciones. La paridad y los derechos de la mujer también son fundamentales, creo que la democracia paritaria es una innovación constitucional chilena que hay que relevar y mantener. La protección del medio ambiente es una cuestión urgente, en tanto estamos ante una crisis climática que no podemos ignorar. Además, la normativa anti-abuso y anti-corrupción en la política, puede contribuir a reconstruir los puentes entre la sociedad civil y el sistema político».

¿Es partidario de mantener el régimen presidencial para Chile?

 «Soy partidario de atenuar el presidencialismo chileno, sin desfigurarlo. Eso supone mejorar las herramientas que potencien la capacidad fiscalizadora y legislativa del Congreso. Hay que agilizar el proceso legislativo, para que el Congreso mejore su capacidad de respuesta a demandas sociales cada vez más complejas. En esa línea, soy partidario de que el Congreso pueda definir también urgencias legislativas, así como soy menos favorable a la persistencia de supra-quórums».

¿La nueva Constitución debería ser breve o desarrollada?

«Lo fundamental es que la nueva Constitución sea habilitante para la política. Esto quiere decir que la Carta fundamental debe permitir, con principios y reglas precisos, que sean las mayorías democráticas las que definan los horizontes de cambio y construcción de un orden justo en el país. La Constitución vigente, con sus dispositivos contra-mayoritarios, termina por producir una política impotente que se distancia de las demandas de la sociedad, haciendo casi imposible los cambios sociales».

¿Es partidario de mantener el sistema bicameral simétrico?

«El debate constituyente debería estar abierto a ciertas formas de asimetría en las Cámaras, mientras no implique despotenciarlas, sino agilizar el trámite legislativo, mejorando la responsividad del sistema político a las demandas de la ciudadanía. La que, por lo demás, debería tener capacidad de incidir en el ejercicio legislativo a través de iniciativas populares de ley, consultas públicas y plebiscitos, entre otros».

¿Qué planteamientos constitucionales le interesa proponer a la Comisión?

«Lo fundamental es consagrar un Estado Social y Democrático de Derechos robusto. Esto es una redacción precisa en relación a los derechos sociales que definamos como básicos (Trabajo, Salud, Educación, Seguridad Social y Vivienda), de un modo tal que se facilite la conversión del Pacto Político-Técnico que será el Ante-Proyecto en un Pacto Social en el que la ciudadanía se reconozca y logre identificarse».

 ¿Qué acciones debe tomar la Comisión para evitar que este nuevo proceso fracase?

«Tanto el proceso actual como el anterior están marcados por la premura y el riesgo de encapsulamiento. Debemos estar conscientes de que el actual diseño no lo hace inmune a las mismas amenazas. Chile ha vivido un notable proceso de alfabetización constitucional, pero ese fenómeno también ha ido de la mano de cierta saturación y fatiga en la población. Por lo mismo, tenemos que tener muy claro que si la nueva propuesta Constitucional no se transforma en un Pacto Social, difícilmente llegaremos a buen puerto. Eso supone reconocer que hay un porcentaje significativo de la población que votó por primera vez en el Plebiscito, inclinándose en gran medida por el rechazo, que ven con indiferencia y como ruido el debate constitucional. Si el nuevo proyecto no es capaz de hablarle a esos chilenos y chilenas el resultado de septiembre se puede repetir».