Entrevista

Proceso Constituyente.

Antonio Torres Reyes, egresado de Derecho de la U de Chile: «Estamos ante un proceso que se ha pulido gracias a los ensayos vividos en procesos pasados».

Torres afirma que las opiniones de la gente deben incidir, pues si se deja de lado la idea de participar, sólo se le estaría dando una sobrerrepresentación a los sectores que marcan tendencia y ahí sí se perdería verdaderamente representatividad.

15 de junio de 2023

Por Francisco Javier Benjamín Jacobsen, Universidad de Chile

El darse a la tarea de elaborar una nueva Constitución es un desafío de gran envergadura para el país que decida hacerlo. Ello, porque esta labor implica vincular en un mismo proceso elementos de diversa naturaleza: aspectos jurídicos, sociales y, por supuesto, políticos que deben confluir para el logro del resultado más óptimo posible.

En la elaboración del texto constitucional, el mecanismo que se adopte cobra una importancia, debiendo ser ser el adecuado conforme al contexto en el que surge la necesidad de una nueva Constitución y, por tanto, ser el reflejo de lo que la sociedad espera, especialmente en cuanto al grado de participación.

Antonio Torres Reyes, egresado de Derecho de la U de Chile, que trabaja en el área de Formación Ciudadana de la Secretaría de Participación Ciudadana comenta sobre el actual proceso constitucional.

1. Usted trabaja en el área de formación ciudadana de la Secretaría de Participación Ciudadana del nuevo proceso constitucional. Teniendo en mente su relación con el equipo a cargo de la materia, ¿cuáles son las expectativas que hay dentro de la Secretaría respecto de la posibilidad de tener un proceso donde la ciudadanía se sienta convocada y donde su voz se represente de una forma fiel y satisfactoria?

Estamos ante un proceso donde hay que analizar desde las ideas de “cantidad” y de “calidad”. Así, estamos en un escenario donde el nuevo proceso tiene la posibilidad de igualar o incluso superar la participación de cualquier proceso pasado, ya que precisamente no es el primer proceso en el que participa la gente. Creemos que ha habido un constante aprendizaje por parte de las personas en materia de participación a lo largo del último tiempo, cosa que da mayores posibilidades de contar con una alta incidencia ciudadana en esta ocasión.

2. Se ha criticado a procesos anteriores por no lograr una imagen fidedigna de las demandas sociales al fallar en lograr una efectiva participación ciudadana. En este contexto, ¿qué elementos y/o propuestas del actual proceso dan ánimos para creer que sea exitoso en contraste con los procesos pasados?

Bueno, este proceso tiene la característica de que cuenta con un corto periodo de tiempo de participación, cosa que lo hace más enfocado y da mejores posibilidades para concentrar esfuerzos en las iniciativas presentes, de forma que resulten más acertadas. Por ejemplo, si hablamos de iniciativas populares de norma, ahora este mecanismo de participación cuenta con periodos de presentación, de apoyo y revisión.  Así, las propuestas con apoyo suficiente serán sólidas y además deben ser discutidas (no queda a criterio del Consejo Constitucional si lo hacen o no).

En cambio, en procesos anteriores se podían presentar iniciativas hasta un límite de tiempo que no permitía revisar bien el material que elaboraba la ciudadanía para su discusión. Se puede decir que estamos ante un proceso que se ha pulido gracias a los ensayos vividos en procesos pasados.

Esto es un tanto peligroso, ya que hay cierto desgaste en la ciudadanía que ha participado de los procesos anteriores. Sin embargo, se supera haciendo entender y motivando con la convicción de que vale la pena participar, ya que estamos ante un proceso que permite un buen aterrizaje de las ideas para lograr una adecuada participación.

3. ¿Cómo se propone que la instancia participativa logre llegar a la población de las regiones más remotas (en muchos casos también las más desconectadas) del país? ¿Cómo lograr una comunicación funcional y eficiente entre los organismos estatales a cargos del proceso y esta parte de la población?

El problema de la gran centralización se encuentra en muchos ámbitos, siendo una demanda transversal de la ciudadanía el mejorar la participación en todos los rincones del país.

En el caso actual, la propia Secretaría de Participación ciudadana tiene un reglamente que regula la participación, estableciendo que se debe trabajar con las universidades acreditadas a lo largo de todo el país y también organizaciones de la sociedad civil, de forma que ambos grupos de interés puedan conectar con la población repartida por los distintos lugares de Chile. Así, ante problemas como la brecha digital existente en regiones, las universidades pueden apoyar la participación y hacer llegar la instancia a la gente mediante mecanismos como las audiencias públicas y la consulta ciudadana.

4. Estamos en un momento histórico donde las juventudes del país han propiciado muchos cambios y cuestionamientos al orden político y jurídico. ¿Cómo se planea que formen parte del proceso y no queden excluidos por factores muchas veces limitantes para la participación juvenil como se ha sido otras veces el caso del requisito de mayoría de edad para participar de instancias de discusión, debate y elección a nivel político?

Para el proceso actual, los requisitos mínimos son tener clave única, pudiendo obtenerla y participar personas desde los 14 años. Hay mecanismos de participación ciudadana con uno o más requisitos, pero el requisito general es sólo contar con esta clave.

En lo que respecta a las redes sociales, es vital la importancia del público joven como agentes políticos capaces de generar información, compartirla y llevar las discusiones del proceso hacia sus familias y sus cercanos. Es muy interesante el tema de la viralización que se logra de la información vía online, por lo que la Secretaría de Participación Ciudadana no se ha restado de esto y cuenta con diversas redes como Instagram, Facebook, Twitter y Tiktok para lograr compartir el nuevo proceso a la mayor cantidad de lugares posibles.

5. Algunos miembros electos del Consejo Constitucional se ven confiados en la idea de desarrollar un texto constitucional donde decidan de forma tajante las mayorías y sus representantes. Teniendo en mente que los conglomerados de “Republicanos” y “Chile Seguro” tienen la mayoría de representación e incluso un eventual derecho a veto sobre las propuestas que surjan, ¿cómo se debiese tratar la situación de la representatividad, de forma que las minorías del país no se vean pasadas a llevar gravemente en la discusión y se vean llamadas a participar?

Hay que responder este tipo de preguntas desde lo que uno puede hacerse cargo. Desde la Secretaría está la idea de que el propio hecho de la tendencia política presente hace de éste el momento más importante para la participación. Las opiniones de la gente deben incidir, pues si se deja de lado la idea de participar, sólo se le estaría dando una sobrerrepresentación a los sectores que marcan tendencia y ahí sí se perdería verdaderamente representatividad.

6. Dicen que “la voluntad mueve montañas”. Algunos dirían que esto es incluso más real hablando de voluntad política. Con esto en mente, ¿qué rol debiese tomar el Estado y los diversos sectores políticos inmersos a lo largo de la administración para que este proceso concluya de forma exitosa? ¿Debiesen promocionarlo activamente o debiesen restarse y dejarle ese rol a los particulares e interesados, sea que apoyen la aprobación o el rechazo del nuevo texto?

Creo que la fe mueve montañas, mientras que la voluntad te hace ir a ellas.

Desde la Secretaría creemos que el Estado (el poder ejecutivo) debiese facilitar y prestar condiciones para acercar los mecanismos de participación a la gente.

En los procesos pasados hubo casos en que se limitó lo que podían hacer los municipios con el argumento de que debían mantenerse imparciales. Hoy, estamos en un escenario donde los municipios debiesen abrir sus puertas a la ciudadanía y prestar insumos y condiciones para participar, actuando como mediadores y cumpliendo el rol que tienen.

¿Qué rol? Cumplir con el mandato democrático de que ninguna persona se quede sin participar porque no puede. Si alguien no quiere participar, está en todo su derecho. Sin embargo, si no lo hace porque no tiene un computador, eso no es aceptable, organismos como los municipios deben ayudar a hacer posible la participación como derecho de las personas. Este es un rol imparcial, es un deber del Estado el permitir participar a la gente y garantizar un Estado de derecho

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  1. Concordemos que el medio y las circunstancias inciden en las decisiones de las personas. ¿De qué forma se extrapolan el impacto que han tenido en las conciencias chilenas las corrupciones detectadas en reparticiones estatales vinculadas a los casos «convenio gate»?