Libros recomendados

Imagen: ammonralibreria.com

Delincuentes juveniles: diagnosis y juzgamiento – Hilde Kaufmann

Investigación en torno a la significación del procedimiento psicodiagnóstico para la selección de consecuencias jurídicas en el proceso penal alemán.

Por Ismael González Campos, Universidad de Chile.

Libro que desarrolla investigaciones psiquiátricas – criminológicas a través del uso de psicodiagnósticos realizados a delincuentes juveniles seleccionados, con el objetivo primordial de que los resultados de tales diagnósticos constituyan una guía para el juez penal juvenil, al momento que este deba determinar las consecuencias jurídicas del hecho punible. Todo lo anterior está enmarcado dentro del proceso penal juvenil de la República Federal Alemana de la década de los 70’.

A modo de contexto, la autora reseña sobre el sistema de Derecho Penal y de ayuda juvenil alemán de aquel entonces, señalando que para los jóvenes con problemas (estados de necesidad educativa o criminalidad), el Derecho actúa como “derechos de doble vía”, es decir, se parte de que respecto de las situaciones de necesidad educativas es competente el juez tutelar de la jurisdicción civil; en cambio, para los jóvenes que caen en delitos lo es el juez penal juvenil de la jurisdicción penal ordinaria. El juez tutelar dispone una serie de medidas ambulatorias para zanjar los estados de necesidad educativa, y cuando esto no es posible, puede disponer el internamiento del joven en otra familia o en un establecimiento de educación asistencial. Por otro lado, el juez penal juvenil también puede imponer sanciones ambulatorias no penales que deben tener efectos educativos, pero se suma la posibilidad del arresto juvenil (privación de libertad por hasta 4 semanas) y de la privación de libertad en un establecimiento penal juvenil (desde los 6 meses hasta los 10 años), siendo esta última una verdadera pena juvenil.

Dentro del panorama mencionado en el párrafo anterior, Hilde K. analiza 10 casos de jóvenes delincuentes de un rango etario entre los 14 y 21 años, con y sin antecedentes penales, a través de procedimientos de diagnósticos aplicados generalmente por psicólogos de la época, estos son los test de Hawie, Rorschach, Pauli y Benton. Además, la autora se apoya en literatura que trata sobre datos estadísticos acerca de en qué medida la imposición de la pena juvenil esta precedida primeramente por el intento sucesivo de otras medidas. Entre los 10 jóvenes entrevistados nos encontramos con las siguientes sanciones aplicadas por parte del juez penal juvenil: arresto; pena juvenil con suspensión a prueba; pena juvenil sin suspensión a prueba; educación asistencial; auxilio educativo o cuidado de protección; amonestación con contribución pecuniaria. Estas penas se aplicaron diferentemente para los delitos cometidos respectivos: homicidios; lesión corporal calificada; delitos sexuales con violencia; homosexualidad profesional; delitos contra el patrimonio con violencia; delitos contra el patrimonio sin violencia; otros delitos.

Hilde K. concluye, mirando los resultados individuales en su conjunto de la investigación comentada, que surge una doble caracterización: la casi total falta de instrucciones y la relativamente poca frecuente aplicación de educación asistencial en relación con las premedidas; y por otra parte la retardada aplicación de pena juvenil, a la que por regla general precede una “escalación” de medidas con carácter de escarmiento o penal (como multa, arresto o pena juvenil con suspensión a prueba). Junto a ello, a la autora le llama la atención la imposición más rápida de pena juvenil en los delitos sexuales y de robo, dándole la impresión de que la praxis penal de los tribunales juveniles es dirigida todavía en forma muy fuerte por el pensamiento individualizador, que debe tener vigencia en el Derecho Penal de adultos, pero no en el Derecho Penal Juvenil.

Finalmente, el libro pone en claro la difícil situación en que los tribunales juveniles se ven ante el estado del Derecho y la práctica procesal, pues estos, conforme a las intenciones de la ley de tribunales juveniles, deben convertir antes que nada  en directriz del “castigo” la capacidad y necesidad de enseñanza de un joven delincuente, pero en la práctica tienen en medida mínima la posibilidad de analizar en particular la personalidad de un joven, y entonces, en forma consecuente con ello, introducir la mejor terapia posible. Los jueces penales juveniles no poseen en medida suficiente a su lado auxiliares o medios de ayuda de diagnosis psicológicas, es por ello que para fortalecer esta área en la práctica, entre otras cosas, se llevó a cabo la investigación contenida en esta obra jurídico – criminal.

 

Hilde Kaufmann fue una jurista y criminóloga alemana. Nació el 28 de octubre de 1920 en Werne, Alemania, y falleció el 11 de enero de 1981, en Colonia.

Ingresó en 1952 al servicio judicial de la Fiscalía de Bonn. En 1953, se trasladó a la Oficina de Relaciones Exteriores como secretaria asistente en el Comité Internacional de Gracia para los Criminales de Guerra. De 1956 a 1961, fue asistente científica en la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Bonn, donde se habilitó en 1961. En el mismo instituto, trabajó como Privatdozentin entre los años 1962 – 1966. De 1966 a 1970, fue profesora de Derecho Penal en la Universidad de Kiel; luego, desde 1970 hasta su muerte, se desempeñó como profesora y Directora del Centro de Investigación Criminológica de la Universidad de Colonia.

Su principal tema de investigación científica fue la orientación de la criminología a las necesidades de la ciencia criminal y la justicia penal. En esa línea, dentro de sus obras destacan: “Criminología: Ejecución penal y terapia social”; “Principios para la reforma de la ejecución penal”; “Pretensión penal y derecho a la acción penal: La delimitación entre el Derecho penal material y el formal”.