Por Ignacio Caro Cabezas, Universidad de Chile

Es un drama judicial americano, dirigido por Jonathan Demme y protagonizado por Tom Hanks y Denzel Washington. La película, lanzada en 1993, está ambientada en la ciudad del mismo nombre y aborda temas sensibles y controversiales como la discriminación por orientación sexual y el estigma asociado al sida.

La historia sigue a Andrew Beckett (Tom Hanks), un abogado prometedor en un prestigioso bufete de abogados de Filadelfia. Andrew es un profesional dedicado y exitoso, pero su vida personal está marcada por el secreto: es homosexual y ha sido diagnosticado con sida. A pesar de sus esfuerzos por mantener su condición en privado, los síntomas de la enfermedad comienzan a manifestarse, y un socio del bufete descubre su situación.

Pronto, Andrew es despedido bajo el pretexto de incompetencia laboral. Convencido de que su despido es en realidad un acto de discriminación debido a su orientación sexual y su enfermedad, Andrew decide luchar por justicia. Sin embargo, encuentra que muy pocos abogados están dispuestos a tomar su caso debido al temor y los prejuicios prevalentes sobre el sida.

Desesperado, Andrew recurre a Joe Miller (Denzel Washington), un abogado de derecho civil que inicialmente rechaza el caso debido a su propia homofobia y desinformación sobre el sida. Joe es un abogado negro que también ha experimentado discriminación, aunque por razones de raza. A medida que investiga el caso y se familiariza con Andrew y su lucha, Joe comienza a confrontar sus propios prejuicios y temores.

La relación entre Andrew y Joe se convierte en el núcleo emocional de la película. A través de su colaboración, ambos hombres desarrollan un respeto mutuo y una amistad que desafía las barreras de la ignorancia y el miedo. Juntos, enfrentan un sistema legal que refleja los prejuicios de la sociedad y luchan por la dignidad y los derechos de Andrew.

La película culmina en un juicio dramático, donde se exponen las injusticias sufridas por Andrew y se plantea un poderoso argumento a favor de la igualdad y la compasión. El caso de Andrew no solo busca una compensación legal, sino también un reconocimiento de la humanidad y la dignidad de todas las personas, independientemente de su orientación sexual o estado de salud.

La pelicula tiene una duración de 126 minutos y podemos verla por la plataforma de streaming MAX (HBO).