Establecimiento educacional debe justificar su negativa al rechazar la asistencia emocional y educativa de una tutora especial para una de sus estudiantes.
Si el establecimiento estimó que su actuar estaba justificado, debió esgrimir poderosas razones que lo blindaran frente al escrutinio que es posible realizar, teniendo en miras que lo que está en juego es el interés superior de una niña y la posibilidad de que alcance su mayor y pleno desarrollo.