Ingresa proyecto de ley que exige a los partidos políticos la renuncia expresa al uso, propugnación o incitación a la violencia como método de acción política.
Dada la importancia de los partidos políticos como representantes de la ciudadanía y formadores de la voluntad popular, la renuncia y condena a la violencia viene a reafirmar su compromiso con la convivencia cívica.