Funcionarios de la aduana detectaron que un paquete sospechoso iba dirigido al domicilio del acusado, y mediante la técnica del agente encubierto, personal de la PDI hizo entrega del envío al imputado, quien posteriormente reconocería que la cocaína incautada iba a ser vendida en la capital.
El acusado y otros detenidos formaban parte de una agrupación dedicada al tráfico de estupefacientes, y pese a no ser incluido inicialmente en la acusación, el Ministerio Público enmendó dicho error, lo cual no infringe las garantías procesales del acusado, ya que su defensa en todo momento tuvo acceso a la investigación para preparar el juicio oral.
El máximo Tribunal confirmó la condena impuesta al actor, pues los indicios observados por la policía hacían presumir que el acusado se encontraba próximo a cometer un delito, o acababa de realizarlo, esto, al ser encontrado en un inmueble abandonado, sin ropa apta para el clima, y con un bolso que contenía más de 11 kilos de cocaína base.
