Cuando el consentimiento para el acto sexual está condicionado al uso de preservativo, no utilizarlo configura un delito de agresión sexual, resuelve la Corte Suprema de Canadá.
Su uso no puede ser irrelevante, secundario o incidental si se ha condicionado expresamente a ello el consentimiento. El condón puede formar parte de la actividad sexual y las personas tienen derecho a determinar quién toca su cuerpo y cómo. Es la única forma de respetar la necesidad del consentimiento afirmativo.