Autor de una “estafa de amor” es condenado a pena de prisión por un tribunal español: manipuló a una mujer en redes sociales para obtener ganancias económicas.
El acusado no solo empleó una serie de falacias corrientes (hacerse pasar por un empresario de un importante grupo empresarial, fingir una operación de compraventa para la que necesitaba dinero…), sino que acudió al chantaje emocional jugando con los sentimientos de la perjudicada a la que engatusó en el plano afectivo con su palabrería del señorío y del mundo del toro y del vino, etc.