Aunque la libertad de expresión es un derecho fundamental, no es absoluta y debe ejercerse respetando los derechos de terceros, como el honor y la reputación empresarial. El Tribunal destacó que las críticas públicas hacia una empresa deben ser veraces y proporcionadas, evitando expresiones injuriosas que puedan dañar injustamente la imagen corporativa.
19 de septiembre de 2024