El máximo Tribunal decretó la nulidad del fallo y la inocencia del recurrente, cuya condena se basó en declaraciones inculpatorias obtenidas bajo tortura.
17 de marzo de 2020
El máximo Tribunal decretó la nulidad del fallo y la inocencia del recurrente, cuya condena se basó en declaraciones inculpatorias obtenidas bajo tortura.