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El Alto Comisionado para los Derechos Humanos alerta sobre las consecuencias reales del discurso de odio en línea, mientras la ONU y otras entidades subrayan la necesidad de transparencia y rendición de cuentas en el entorno digital.
El Alto Comisionado para los Derechos Humanos alerta sobre las consecuencias reales del discurso de odio en línea, mientras la ONU y otras entidades subrayan la necesidad de transparencia y rendición de cuentas en el entorno digital.
Facebook Argentina S.R.L. pareciera soslayar que la información le es requerida en el marco de un proceso judicial, por lo que las «condiciones» y la «política de datos del servicio de Facebook» redactadas por Meta Platforms Inc. no pueden constituir un obstáculo para el cumplimiento de la manda judicial, al no advertirse que su acatamiento vulnere para los usuarios la expectativa legítima de que sus datos sean protegidos por dicha compañía.
Realizar publicaciones casi diarias (aunque sean digitales) requiere una tarea de selección de contenidos y fotos que no es automática, en definitiva un esfuerzo, concentración y atención que son incompatibles con un déficit cognitivo y de memoria y, en definitiva, con un trastorno psíquico incapacitante.
Lo anterior, sin perjuicio de resultar efectiva la denuncia que formula el actor en cuanto al contenido del material injurioso.
Al no estar prima facie demostrado el carácter antijurídico y lesivo del obrar de la demandada ni el daño ocasionado u amenaza de su producción, esta Sala considera que la pretensión en los términos propuestos no resulta admisible. Más que prevenir un daño, pareciera buscarse una restricción general y para el futuro, que podría comprometer las propias políticas de uso y control de Instagram.
Ello supone una intromisión ilegítima en el derecho a la propia imagen y a la intimidad de la paciente. Fue una amiga de la mujer la reconoció pese a que no se le veía el rostro.
El consentimiento firmado antes de la operación solo autorizaba a la apelante a publicarlas en un ámbito docente médico o científico y por tanto especializado que no tiene su Instagram, al que puede acceder cualquier persona, pues es de acceso público. El empleo de la imagen no ilustra una noticia relacionada con la medicina, sino que más bien responde a una finalidad publicitaria y comercial de la doctora.
Como titular de la patria potestad debe cumplir con el deber de cuidado y vigilancia de su hijo, que incluye, la vigilancia en el uso que se da a los elementos tecnológicos.
Existe una controversia respecto de la autoría de la publicación, lo que escapa al ámbito de competencia de este recurso, toda vez que para acoger la presente acción debe constatarse el carácter preexistente e indiscutido de un derecho afectado, condición que no se verifica en este caso desde que el derecho cuya protección se busca por esta vía no tiene el carácter de indubitado.
La reseña efectuada demuestra que no se ha tratado de una “una simple mentira fácilmente advertible para cualquier persona que hubiera adoptado una mínima diligencia” sino que se ha montado un escenario ficticio con idoneidad y entidad suficiente como para inducir al sujeto pasivo a error.
Dichas publicaciones no serían recomendaciones ni constituirían la opinión de ella con relación al servicio de apuestas, en tanto se trata de publicaciones destinadas a promover este servicio. En efecto, las habría realizado por encargo de una empresa, a cambio de una contraprestación monetaria.