La falta de claridad terminó por sorprender al actor, porque las diligencias posteriores a la audiencia en la que se decidió en su contra fueron las que aseguraron que él comprendiera la decisión y porque la incomprensión y falta de motivación fue tal que el objeto del proceso policivo se amplió sin que el afectado pudiera advertirlo. La autoridad no asumió el deber reforzado de claridad que se deriva del hecho de que el afectado no tuviera abogado.
30 de agosto de 2024