Uso de aplicaciones de mensajería para comercializar drogas es un indicio de peligrosidad que justifica la prisión preventiva, resuelve un tribunal argentino.
La modalidad de delivery que habría utilizado el imputado para comercializar los estupefacientes implica un mayor injusto por la organización que conlleva esa actividad y por la utilización de aplicaciones como Telegram y de medios de movilidad, lo que dificultan la investigación.