Aun si se estima que el inmigrante contribuye al país y tiene una conducta irreprochable ello no implican que deba regularizarse su situación migratoria si ingresó por pasos no habilitados, resuelve la Corte Suprema.
A pesar de reconocer la permisividad en las fronteras chilenas, la Corte destacó que ello no otorga una base legal para el ingreso irregular ni exime a la autoridad de ejercer sus facultades.