Enterrar partes del cuerpo de la suegra en un botadero en bolsas de basura revela una evidente intención de discriminación y desprecio hacia la victima del delito de femicidio.
La defensa no logra demostrar de qué forma la valoración de la prueba realizada por los jueces del fondo vulnera los principios rectores de la sana crítica aducidos, en particular, el principio de razón suficiente y de corroboración. En ningún caso la indicación de la ubicación del cuerpo puede configurar una colaboración sustancial al esclarecimiento de los hechos.