Ante un caso de bullying el colegio debe dejar constancia escrita de sus actuaciones, pues es la única forma de verificar el cumplimiento del Reglamento y Protocolo.
El colegio no garantizó un justo proceso que regule las relaciones de los miembros de la comunidad escolar, pues si bien contaba con Reglamento Interno y protocolos, no pudo acreditar su aplicación.