El solo hecho de colocar su firma en la demanda, asumiendo que lo ha hecho sin más argumento que para «ayudar a una amiga» y «desconocer que era una demanda», no le exime de la responsabilidad de la misma pues debemos tener en cuenta que de no haber firmado esa demanda, ésta no se hubiera podido presentar o de presentarse hubiera podido no admitirse.
14 de julio de 2024