Recluso que intentó enviar cartas a su expareja, pese a existir una orden de alejamiento vigente, es absuelto por un tribunal español: no existió tipicidad pues funcionarios frustraron su pretensión.
La acción desarrollada por el apelante cae dentro del ámbito de la tentativa irreal o imaginaria. Es obvio que, desde una perspectiva racional y en abstracto, ese control reglamentario de la correspondencia, por parte de un funcionario público penitenciario, hace inepta la acción ejecutada por el interno para comunicarse con la víctima.