El SII lo define como pagos obligatorios de dinero que exige el Estado a los individuos y empresas que no están sujetos a una contraprestación directa, con el fin de financiar los gastos propios de la administración del Estado y la provisión de bienes y servicios de carácter público.
Es una especie de tributo caracterizado por establecer una obligación pecuniaria forzosa en favor del fisco para financiar su principal objetivo el cual es el gasto público.
Es regido por el derecho público y se caracteriza por no requerir una contraprestación directa o determinada por parte de la administración de hacienda. Generalmente los impuestos son cargas obligatorias para las personas y empresas.